La playa de Caldera en Puntarenas se convirtió en el escenario de un bonito hecho este Domingo de Resurrección, pues en ese lugar Kimberly Retana Moya, de 25 años, dio a luz a su bebita de nombre Nazareth.
“No me lo esperaba”, fueron las palabras de la joven mientras era llevada a la sala de partos del hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas. Trascendió que la bebé estaba para nacer el próximo 12 de abril, pero la pequeñita no quiso esperar más.
El nacimiento ocurrió pasadas las 2 de la tarde de este domingo 4 de abril, cuando Retana, quien es vecina de Sarchí de Alajuela, se encontraba disfrutando de la playa junto a unos familiares.
Héctor Blanco, cruzrojista que atendió el parto, contó que los primeros en enterarse de la situación fueron dos oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas que andaban patrullando la playa a pie.
“Los dos oficiales de guardacostas se encontraban cerca de ella porque le estaban dando unas indicaciones a una gente que estaba ahí, en eso la muchacha les pidió ayuda y ellos dieron aviso aviso a la Cruz Roja”, contó.
Para buena fortuna de la mamá, a escasos 200 metros de donde estaba ella se encontraba un puesto de la Cruz Roja, por lo que en cuestión de minutos Blanco y sus compañeros llegaron a atenderla.
Sin tiempo de nada
Héctor contó que ellos planeaban llevar a la muchacha hasta la ambulancia que tenían en el puesto, pero el problema fue que la bebita no quiso esperar más.
“La muchacha dio a luz en la playa, no hubo tiempo ni siquiera de llegar a la ambulancia, entonces se tuvo que atender el parto ahí.
Posteriormente ella y la bebé fueron llevadas al hospital Monseñor Sanabria en muy buenas condiciones”, detalló el paramédico.
El cruzrojista contó que la atención de este caso fue un poco complicado, pues no contaban con todas las comodidades, pero aún así hicieron lo mejor que pudieron para darle la bienvenida a la bebita.
“Fue un poco complicado porque es un lugar no tan estéril, pero dadas las circunstancias se tuvo que atender ahí porque no dio tiempo ni de subirla a la camilla.
Tratamos de darle todos los cuidados necesarios para atenderla en esas condiciones, tratando de que no hubiera ninguna contaminación en lo posible”.
Blanco dijo que jamás olvidara este Domingo de Resurrección, pues por lo general la Semana Santa suele estar llena de tragedias, pero esta vez le tocó vivir una experiencia única y hermosa.