El policía Joseph Núñez quedó enamorado de la bebita a la que ayudó a nacer.

Eso quedó en evidencia el martes, dos días después del parto, cuando el oficial se reencontró con ella y con los papás, con quienes estuvo conversando, ahora sí, con más calma.

“El martes les dieron la salida del hospital a la muchacha y a la chiquita, entonces se vinieron en bus desde el centro de Turrialba hasta Grano de Oro. Ese día pasaron la noche en el albergue donde nació la bebé y ya el miércoles en la mañana un carro los encaminó hacia la reserva indígena en la que viven.

“Cuando me di cuenta que la familia estaba de nuevo en el albergue me fui corriendo para ver cómo estaba la chiquita. La mamá me dejó alzarla, está preciosa y muy sana, gracias a Dios. Le pusieron de nombre Elizabeth”, contó muy emocionado.

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Se hizo famosa

Los papás de la niña le contaron a Núñez que cuando estuvieron en el hospital William Allen, todos los doctores y funcionarios tenían que ver con ellos.

“La gente vio la nota en el periódico y les preguntaban cosas. Les decían que yo era un muy buen policía por haberlas ayudado”, contó entre risas el uniformado.

“Yo les dije que quiero ser el padrino de Elizabeth. Ellos me dijeron que en su cultura tienen una figura muy parecida a la que nosotros ‘los blancos’, como nos llaman ellos, le decimos padrino. Yo espero poder ir a visitarlos cuando esté cerca de la reserva para ver cómo va creciendo la bebé”, narró.

Joseph aprovechó el encuentro para que sus dos hijos vieran a la pequeña.

“Yo les había contado a mi hijos que ayudé a nacer a una bebé, entonces el martes hice una videollamada y se las enseñé, se pusieron todos felices cuando la vieron.

“Esta es una de las mejores experiencias que he tenido y por eso me gusta tanto mi trabajo, porque me permite ayudar a las personas de distintas formas", aseguró.

Gran susto

Aunque ahora los papás de Elizabeth y el uniformado se ríen de todo lo que vivieron el domingo, ese día pasaron una gran angustia.

Eloiza Madrigal, mamá de la niña, llegó con su esposo, de apellido Salazar, a la delegación de Grano de Oro para pedir ayuda porque estaba a punto de dar a luz.

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Aunque tenía solo ocho meses de embarazo, la pequeña quiso nacer ese día y puso en apuros a todos.

Entonces Núñez llevó a la joven mamá a un albergue que está cerca del puesto policial y tuvo que ayudarle a un enfermero a atender el parto. Por dicha todo salió bien.