Julieta Fernández Calderón fue víctima de un despiadado sujeto que la mató, la quemó y la enterró en una finca ganadera, según él para borrar evidencias.
Ella dejó un único hijo, él fue quien denunció la desaparición de su mamá, lo que más le llamó la atención fue que los mensajes que se estaba mandando con ella, venían con errores ortográficos.
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Además, él terminó de confirmar que algo había ocurrido con su mamá, cuando el carro de Julieta lo andaba el sospechoso.
Como hijo extraña mucho a su mamá, pues ella era su confidente y también su paño de lágrimas, por lo general siempre compartían un rato durante las noches.
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“Nos sentábamos a filosofar de la vida, a tomar vino, a comer y ver videos musicales. Ella era la única persona que me veía llorar y a la que le contaba mis problemas. Eso es lo que más extraño… hablar con ella, escucharla reír, ser ella”, expresó su hijo, quien prefiere que mantengamos su nombre en anonimato.
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A un año de la ausencia física de Julieta, su hijo la siente más viva que nunca y sueña con volver a verla.
“Por siempre y para siempre estará viva en mí. Mi mayor fe es volverme a reunir con esta grandiosa persona que tuve el honor de conocer y todavía mayor de que haya sido mi mamá”, manifestó.
Su hijo comentó que a doña Julieta le encantaban las montañas, porque ahí siempre respiraba mucha paz.
“Ella era muy creyente de las energías y el universo, siento que entendía más de lo que otro ser humano percibe en la vida“, dijo su hijo.
La última vez que se le vio con vida fue el 5 de junio del 2024, en El Jardín de Cedral de Dota, este 14 de junio, exactamente un año fue que encontraron los restos de ella, aún se espera por justicia.