Un castigo ejemplar, eso es lo que Weynin Céspedes, de 24 años, pide contra los dos sujetos que fueron detenidos como sospechosos de tocarle los glúteos mientras ella andaba en bicicleta.

Los capturados fueron identificados con los apellidados Castro López y Marín Arias, de 19 y 20 años.

“Yo espero que ellos aprendan de esta lección y que reciban un castigo por lo que hicieron, que tengan su merecido, y que a partir de esto muchas personas aprendan a respetar a las mujeres”, dijo la joven.

Los sospechosos, quienes trabajan en supermercados de San Carlos, fueron detenidos por el OIJ la tarde de este jueves 20 de agosto. Castro fue pescado en Los Ángeles de La Fortuna y a Marín lo agarraron en el centro de Ciudad Quesada.

Este viernes 21 de agosto, la Fiscalía Adjunta de San Ramón informó que ambos jóvenes quedaron en libertad, pero les recetaron varias medidas cautelares mientras son investigados.

“Se les impuso las medidas cautelares de no ingresar al sector del Bajo Rodríguez; mantener domicilio fijo; no amenazar, perturbar o mantener algún contacto con la ofendida o testigos, y no realizar ningún comentario en redes sociales. Estas medidas son por el plazo de seis meses”, explicó el Ministerio Público.

Weynin conversó con La Teja este viernes para contar todo lo que vivió el lunes 17 de agosto, día en el que ocurrieron los hechos, y lo que siente luego de la detención de los sospechosos.

Viaje al gimnasio

Céspedes, quien es vecina de Bajo Rodríguez, en San Ramón de Alajuela, contó que el lunes inició como un día normal, pues ella salió de su casa en bicicleta para ir al gimnasio, tal y como siempre lo ha hecho.

“Recuerdo que ese día no había muchos carros en la calle. Cuando iba por el cruce de Bajo Rodríguez, sentí que un carro se me acercó mucho y luego nada más sentí el golpe”, detalló.

Los sospechosos, que viajaban en un carro rojo, salieron quemando llantas, mientras que la joven tuvo que detenerse por un momento al lado de la calle, pues se sentía muy confundida y asustada por lo que le acaba de pasar.

A como pudo, Weynin continuó con su viaje hasta el gimnasio, pues pensó que el ejercicio la ayudaría a olvidar esa situación; sin embargo, la joven dijo que lo peor vino una vez que salió de ese lugar para regresar a su casa.

“Cuando venía de regreso fue horrible, porque sentía como que me iban a seguir o que por ahí en algún lugar me los iba a encontrar de nuevo”, recordó.

Video fue clave

La tarde de ese mismo lunes, Weynin decidió no quedarse de brazos cruzados ante lo sucedido, por lo que con ayuda de sus hermanos salió a buscar alguna cámara de seguridad que hubiera grabado el incidente.

“El video lo conseguí en una pulpería que está ahí en ese cruce, se llama Súper El Cruce. Vieras que fue muy normal, los dueños son chinos y nada más me dijeron que me esperara un momento porque estaban ocupados, pero luego me atendieron y me dejaron grabarlo con el celular”, contó.

Céspedes dijo que la ayuda de los orientales fue como caída del cielo, pues antes de ir ahí, fue a otros locales, donde no contó con la misma suerte.

“Fui a otros lugares, pero no me ayudaron. En un lugar sé que era verdad que las cámaras estaban malas, pero en otros dos me dijeron que justamente se les habían dañado en esos días”, añadió.

Ese mismo día, uno de los hermanos de la joven subió el video a su perfil de Facebook, pidiendo ayuda para dar con los sujetos, mientras que la muchacha presentó la denuncia ante el OIJ.

“Leí varios comentarios y me di cuenta que son muchas las mujeres que han pasado por lo mismo y no han tenido la oportunidad de denunciar por no tener pruebas, entonces pensé que si yo tenía las pruebas, debía hacerlo”, comentó.

Mucha paz

Los días siguientes al incidente fueron muy difíciles para Weynin, pues era tanto el miedo que sentía que no quería salir de su casa.

“Tenía miedo de que me sucediera de nuevo y que esta vez me cayera de la bicicleta y me golpeara, o peor, que quedara ahí arrollada por el mismo carro”, añadió.

La joven recobró la paz la tarde del jueves, cuando por medio de redes sociales se enteró que el OIJ finalmente detuvo a los dos sospechosos.

“Me sentí como relajada, con mucha paz, porque al menos les pegaron un buen susto, porque esas cosas no se hacen y deben aprender a respetar a las mujeres”, aseguró.

Céspedes dijo sentirse muy sorprendida por lo rápido que actuaron los investigadores de la Policía Judicial, pues en el fondo no sabía si su denuncia iba a terminar en algo.

“Eso fue como un mensaje para aquellos que dicen: ‘Ah no, eso no fue nada', para que lo piensen dos veces antes de hacer algo así y faltarle el respeto a una mujer”.

Finalmente, Weynin le envió un mensaje a las mujeres que han pasado por una situación similar a la que ella vivió.

“Yo les digo que luchen, porque yo no tenía nada y busqué los videos, y ya con eso logré denunciarlo. No se queden calladas y denuncien este tipo de situaciones, al igual que en mi caso, van a contar con el apoyo de muchas personas”, concluyó.