Cinco misteriosas mujeres querían estar un rato a solas con el monstruo de Liberia

Querían abrazar a Ríos y hasta darle un buen ñangazo

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Hay varas raras y esta: cinco misteriosas mujeres querían pasar un rato a solas con Gerardo Ríos Mairena, más conocido como el monstruo de Liberia, hombre condenado a 216 años de cárcel por el homicidio de cinco universitarios, en la ciudad blanca de Guanacaste.

Francisco Herrera, abogado de Ríos le contó a La Teja que durante el sonado juicio, realizado en enero del 2018, cinco muchachas bien guapas se acercaron a él para decirle que querían conocer al famoso monstruo.

“Una me decía ‘es que yo quiero morderlo aquí y morderlo allá, es que es tan guapo’, como yo he visto tantas cosas raras, a mí me pareció algo vacilón, ¡qué locuras las de la gente!, ¿verdad?”, recordó.

El abogado contó que el primer acercamiento ocurrió el segundo día del juicio, durante un receso, cuando tres jóvenes muy bonitas le preguntaron qué debían hacer para tener una “visita especial” con su cliente.

Aunque le pareció una situación muy curiosa, Herrera no le dio mucha mente al asunto y les respondió que debían solicitar la visita conyugal en la cárcel de La Reforma, en San Rafael de Alajuela, pues Ríos estaba encerrado en Máxima Seguridad.

Para sorpresa del defensor, esta situación se repitió poco después, pero lo más extraño de todo es que ya no eran las mismas mujeres.

“Todas me decían que tenían interés de abrazarlo, morderlo y hacerle un montón de cosas, eso pasó el segundo día y al cuarto día del juicio llegaron dos más, no eran muchachas feas, ni nada así, eran muchachas atractivas y decentes”, detalló.

Pese al supuesto interés y a los extraños deseos que tenían, las cinco mujeres nunca más se aparecieron.

Le salió novia

Herrera dijo que esta situación de las misteriosas mujeres le hizo recordar de cierta forma el caso del estadounidense Ted Bundy, un asesino serial que mató a 30 mujeres durante los años 70 y se hizo de varias admiradoras por ser un tipo atractivo y con mucho carisma.

Aunque las cinco misteriosas mujeres nunca visitaron a Ríos, el hombre ya se hizo de una novia, pues durante todo el proceso judicial conoció a una mujer que actualmente lo va a visitar al tabo.

Herrera no dio mayores detalles sobre este romance, pues aseguró que él solo habla con Gerardo sobre cómo avanza la apelación de la sentencia.

La curiosidad...

Para la psicóloga María Esther Flores, el extraño comportamiento de las misteriosas mujeres y de la novia de Ríos está relacionado con la curiosidad, con el deseo de saber qué hay detrás de esa personas y los motivos que lo llevaron a cometer tal hecho.

“Hay personas que tienen mucho morbo por lo desconocido, o al peligro, porque les sube la adrenalina y les rompe la rutina, en este caso se trata de un personaje (Ríos) que aparentaba ser muy pasivo y por lo que nadie se imaginaba que fuera capaz de algo tan violento”, detalló Flores.

La profesional dijo que el ser humano es curioso por naturaleza, sin embargo, hay personas que van más allá por saciar esa necesidad de saber más, aun cuando esto signifique ponerse en peligro.

Flores también dijo que existe la posibilidad de que estas mujeres quisieran estar en contacto con el hombre en busca de señales que les demostraran cuál es el comportamiento de un asesino, como una especie de mecanismo de defensa, pero muy arriesgado.

Masacre

La masacre por la que acusaron a Ríos Mairena ocurrió el 19 de enero de 2017 en barrio La Victoria, de Liberia, Guanacaste.

Ahí aparecieron muertos Ingrid Méndez, Dayana Martínez y Ariel Vargas, de 24 años, Stephanie Hernández, de 23 y Joseph Briones, de 22.

Ríos permanece en Máxima Seguridad de La Reforma, donde, según su abogado, no tiene problemas con ningún otro reo.

Sobre el caso, Herrera dijo que ya acudió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para tratar de traerse abajo la condena, pues mantiene su versión de que la escena del crimen fue contaminada por terceros y que su cliente no tenía la capacidad física para dominar y asesinar a los jóvenes.