Sucesos

¿Cómo es un 31 de diciembre en la cárcel? “Vi a asesinos, gente muy violenta llorando”

Las últimas dos semanas del año son de nostalgia para los privados de libertad

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“Algún día será de día” es una frase muy común que se escucha en las cárceles de Costa Rica y que los privados de libertad expresan como el momento en el que obtendrán su ansiada libertad.

El 31 de diciembre es una fecha terrible para quienes están descontando prisión.

Así nos lo cuentan Patterson Esquivel y Alexander Umaña, dos privados de libertad, quienes aún siguen descontando sus sentencias. No obstante, desde el 2021 cuentan con un beneficio condicional por tener trabajo fijo y firmar cada semana.

Ambos vivirán este fin de año fuera de las rejas, pero recuerdan cómo pasaron varios años de sus vidas encerrados, como consecuencia de las malas decisiones que tomaron.

Ellos no generalizan ni culpan a todas las personas que están encarceladas, pues aseguran que en la cárceles también hay inocentes pagando por hechos que no cometieron. En La Teja le contamos la realidad que se vive ahí dentro, no para dar lástima, sino como un testimonio de lo que se vive en una cárcel.

Esquivel cuenta que durante las últimas dos semanas de cada año se reflexiona sobre la mala decisión que muchos tomaron y el por qué los aislaron de sus seres queridos.

“Antitos de las doce medianoche vi, en muchas ocasiones, a asesinos, a gente muy violenta, llorando porque extrañaban a sus familiares”, manifestó Esquivel, quien pasó los últimos seis años preso por agresión.

Recuerda la tortura de escuchar los juegos de pólvora y el tener que ver las luces desde una pequeña ventana que los transporta, a cada uno, por unos minutos a la ansiada libertad.

Ahí el sonido de las bombas (juego de pólvora) en San Rafael de Alajuela es una tortura, porque dentro de la celda grande no hay colores, todo es gris, todo está lleno de rejas por todos lados; ahí no hay lucecitas, ni huele a Navidad ni nada, eso no existe.

Es muy complicado decirle a ciertas personas ‘Feliz Año Nuevo’, eso te puede generar un problema de una puñalada en el pecho sin ningún problema. Eso lo vi, no lo viví, pero tal vez alguna persona se levantaba con el espíritu navideño de decirle a otra: “Feliz Navidad” y la respuesta era: ‘que voy a tener feliz Navidad o feliz año si estoy sentenciado a 30 años...’ y de una vez la apuñalan”, recordó Esquivel.

También narró que todos los días a las 5 de la tarde meten a todos los reos dentro de las celdas y el teléfono público antes de esa hora es un problema.

“Las últimas llamadas, antes de las 5 de la tarde, son las más peleadas, hasta se pagan ¢5.000 o ¢10.000 colones por una llamada, para dar el último saludo a los familiares”, recordó.

Por su parte, Alexander Umaña fue sentenciado por un homicidio calificado. Estuvo tras las rejas desde el 2012 y salió ‘libre’ en el 2021, aunque no pasará el último día del 2022 cerca de su familia, porque por el trabajo vive largo de ellos. No obstante, este es un tiempo que disfruta más sin estar preso.

Umaña, quien estuvo en ‘alta contensión’, área considerada como de reos violentos, manifestó que a las 9 de la noche apagan las luces y luego se escucha a lo largo la música, las bombetas, la fiesta, pero donde están ellos es un contraste, no hay alegría.

“El privado de libertad se llena de tristeza, nostalgia...cuando uno está en un lugar de esos y se pasan esas fechas, se vive el resentimiento por lo que uno hizo. Muchos se llenan de rencor y algunos llegan a tener problemas con personas con las que ya tuvieron rencillas. Se ven homicidios, también algunos atentan contra sus vidas”, manifesta.

En las cárceles también hay personas que tienen mucha plata y hasta el más fuerte llora en esos tiempos”, aseveró.

Umaña afirma estar agradecido de tener libertad, aunque eso signifique que debe seguir firmando y no tener cerca a su familia porque el trabajo que consiguió queda largo de donde ellos viven.

Concluyó diciendo que espera que todas las personas algún día vuelvan a disfrutar de las alegrías que da la libertad.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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