Intentar acabar con la vida de su esposa y suegra le costó muy caro a un hombre ya que ahora tendrá que pasar los próximos 32 años de su vida detrás de las rejas de una cárcel.
Se trata de un sujeto de apellidos Hernández Gutiérrez, quien la tarde de este jueves fue condenado por el Tribunal de Flagrancia de Santa Cruz por los delitos de tentativa de femicidio, tentativa de homicidio y un delito de incumplimiento de medida de protección.
De acuerdo con el Ministerio Público, el 14 de enero del año pasado, el Juzgado de Violencia Doméstica ordenó medidas de protección a favor de la esposa del hombre, de apellido Marchena.
Se le dijo que no podría agredir, insultar o perturbar a la mujer, además se le prohibió acercarse a la casa o al lugar de trabajo de ella. Hernández cumplió con las medidas casi por un año, hasta que finalmente cambió de parecer.
“El siete de enero anterior, a las siete de la noche, Hernández, quien aún tenía medidas dictadas en su contra, se presentó a la casa de la ofendida, ubicada en barrio El Guabo de Santa Cruz. La Fiscalía demostró que el imputado observó a Marchena comiendo y, con la finalidad de perturbarla, metió sus manos en el plato de la víctima”, detalló la Fiscalía.
Después de eso, Hernández golpeó a la mujer en el oído, esto provocó que Marchena cayera al suelo y empezara a sangrar. Luego la pateó en varias ocasiones y la agarró por el cuello para asfixiarla.
En ese momento apareció la mamá de Marchena, apellidada Álvarez, quien intentó detener al sujeto; sin embargo, él se fue a la parte de atrás de la casa para agarrar un machete y un cuchillo, los cuales usó para herir a ambas mujeres.
Afortunadamente ellas sobrevivieron al ataque, mientras que Hernández fue detenido minutos después por oficiales de la Fuerza Pública.