El balazo que impactó un edificio del Servicio Fitosanitario en Peñas Blancas, en el que se realizan pruebas para la detección de COVID-19, no fue producto de un ataque directo a ese lugar, sino de un enfrentamiento entre policías y contrabandistas de medicamentos.
Así lo confirmó el Ministerio de Seguridad Pública, el cual detalló que la balacera terminó con la detención de un extranjero ilegal y un cargamento valorado en aproximadamente ¢10 millones.
Según el OIJ, la bala entró por una venta de la cocina y pegó contra una pared. No hubo personas heridas tras la balacera.
Allan Obando, director de la Policía de Fronteras, explicó que los hechos ocurrieron este miércoles 8 de julio a las 8 de la noche, cuando oficiales fronterizos y de la Fuerza Pública realizaban un patrullaje cerca de la frontera, donde vieron a un grupo de sujetos sospechosos.
“Se les dio la voz de alto, pero ellos respondieron con algunos disparos hacia los cuerpos policiales”, añadió Obando.
Los uniformados les dieron persecución a los maleantazos y poco después del río Sapoá lograron capturar a uno de ellos. El detenido es un extranjero que ingresó de forma ilegal al país y cuya identidad no se dio a conocer.
“En su huida, los contrabandistas dejaron abandonados varios sacos con mercadería que, luego de coordinar con la Fiscalía de Liberia y el Ministerio de Salud, se logró determinar que se trataba de un cargamento de cerca de 18 mil unidades de diversos fármacos, en su mayoría antibióticos, analgésicos y vitaminas”, informó Seguridad Pública.
Además de las medicinas, los oficiales también decomisaron 70 kilogramos de pinolillo, 50 kilos de almidón de yuca, siete galones de miel de abeja, 10 bolsas de churros artesanales, 20 kilogramos de cuajada, 50 sobres de café, además de un cargamento de ropa y tenis.
En cuanto a los productos decomisados, estos fueron entregados a las autoridades de Salud para su respectiva destrucción.