José Manuel Retana es un cruzrojista que tiene 42 años, pero asegura que ha vuelto a ser como un bebé luego de sobrevivir, junto a su familia, a un accidente de tránsito.
Él tiene una semana de estar en la casa junto a sus seres queridos, quienes le están dando todas las atenciones ya que, como consecuencia del incidente, incluso lo operaron en el fémur izquierdo.
Cuenta que se siente como una marimba desarmada, tiene muchos golpes en el pecho y en la espalda.
“La fractura en el fémur no se abrió porque mi pierna es gruesa, si hubiese sido más delgada sí se sale el hueso y habría sido peor, pero me duele desde el pelo hasta los pies, el dolor te limita hasta para hablar o respirar, sí he tenido que aprender a respirar.
“La operación que me hicieron es por el centro del fémur, cerca de la rodilla me metieron un tubo y le dan soporte a los lados con tornillos, es una operación novedosa, por dicha no dejan los pines por fuera”, dijo.
Retana es uno de los radiocomunicadores de la central de la Cruz Roja metropolitana, constantemente recibe reportes de personas pidiendo ayuda por diferentes emergencias, pero el pasado lunes 27 de julio a él le tocó pedir auxilio cuando llamó para decir que se había accidentado y que él y su cuñado estaban prensados.
En el vehículo también iba la hija, la hermana y dos sobrinos del rescatista.
Retana fue el que llevó la peor parte, pero le da gracias a Dios porque su familia está completa y solo espera salir de esta situación rápido.
Comentó que este es el primer accidente de tránsito grave que sufre, asegura que fue un milagro porque no todas las personas viven para contarlo.
Todavía tiene en la mente los recuerdos de ese accidente. Él y su familia regresaban a San José desde Guatuso de Alajuela. Viajaban en el carril en sentido a Chepe de la carretera General Cañas, cuando en el carril contrario vieron un carro que iba a alta velocidad, derrapó, se brincó la barra divisora y chocó contra el vehículo que manejaba el cuñado de Retana.
“Cuando trato de dormir me despierto de un brinco, sintiendo que vengo de otro choque, hasta ahorita no puedo dormir tranquilo”, asegura.
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Además, tiene cuidados especiales como usar pañales y una crema especial.
“Definitivamente, cuando Dios quiere te cambia la vida por algún tiempo, gracias a Dios cuento con mi esposa, mis hermanas, ellas son las que me cuidan. Además del cariño de unos familiares, quienes junto a nosotros hicieron un esfuerzo para conseguir una cama y un colchón adecuado para mi peso”, mencionó.
Pide valorar cada segundo de vida
Retana menciona que lo que más extraña es caminar, los médicos le dijeron que el proceso se llevará unos seis meses.
“Si la gente supiera lo que la vida a uno le cambia en un par de segundos, qué no haríamos, esta vez me tocó ver los toros desde otra perspectiva al ser un paciente”, dice el cruzrojista.
Él dice que hay que valorar cada segundo de la vida, porque no todos los días se da la oportunidad de tener salud y no sentir dolor.
En el carro también viajaba la hija menor de Retana, ella sufrió una fisura en la clavícula y le están dando terapia en el hospital del Trauma.
“Ella practica gimnasia rítmica y la fe es que retome esta pasión”, dijo este padre quien sueña ver a su hija cumplir sus sueños.