Sucesos

Cruzrojista se dio cuenta que tiene cáncer de mama el día de su cumpleaños

Yeilin es una enfermera de Zarcero y el sueño más grande es convertirse en mamá por segunda vez

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Yeilin Rodríguez Vargas le declaró la guerra al cáncer de mama el propio día de cumpleaños, un 7 de enero.

La noticia por si sola ya era dura de asimilar y el doctor que la confirmó no tuvo tacto para darla, pues luego de decírselo de una manera fría, le dijo que los pechos de ella eran pequeños por lo que ambos se los iban a quitar.

Rodríguez, de 30 años, es enfermera y también cruzrojista de Zarcero, ella luego de escuchar esas palabras tan duras no se acobardó, todo lo contrario desde ese momento comenzó su lucha con una buena actitud.

Incluso, este lunes 19 de octubre debe ir al hospital México para recibir los últimos resultados, en los que confía que ya no hay rastro de esta dolorosa enfermedad; pero si lo hubiese está segura que le ganará el pulso porque tiene muchos sueños entre estos darle un hermanito a su hija de 9 años.

-¿Cómo se enteró que tenía cáncer?

El resultado de la biopsia me lo dieron un 7 de enero del 2019.

Pero cuatro años antes me habían sacado una pelotita del pecho izquierdo, me dijeron que era benigna, que por mi edad y al no haber raíces de esta enfermedad no tenía probabilidades de tener cáncer, además que no tenía más pelotitas; a finales del 2018 noté que tenía un camanance, entonces un amigo radiólogo me hizo un ultrasonido y vio una manchita, por lo que saqué cita en la Clínica de mama, el 2 de enero del 2019 me hicieron la biopsia y el día de mi cumpleaños me dieron el resultado.

-¿Ha sido el día más duro de su vida?

Fue un día muy duro, no me lo esperaba, porque no tenía ninguna pelota ni molestias de nada, lo único era ese camanance que me apareció de un momento a otro y que me dijeran, a mis 29 años, que tenía cáncer, lo primero que se me vino a la mente fue ‘uff muertos y todo lo feo’.

¿En cuál hospital ha llevado el tratamiento y cómo ha sido?

En el hospital México, solo me he topado con un médico que no tuvo nada de tacto y fue él que me dio el resultado, pero de ahí en adelante todo el personal de Oncología de este centro médico ha sido una maravilla, son ángeles.

El 8 de abril del 2019 me internaron, dos días después me operaron, luego descansé un mes para comenzar la quimioterapia el 29 de mayo del 2019, yo iba muy contenta porque no sabía a lo que iba.

-¿Es doloroso recibir la quimioterapia?

Es extraño, es como si fuera un suerito en donde a uno le toman la vía, a mí me pusieron la que le dicen la roja, es una de las más fuertes, cuando comienza a pasar uno siente caliente las venas, como que quema, pero ese día me sentí bien, incluso pasamos a comer y me regresé a la casa; pero al otro día si amanecí mal, no soportaba dolores de nada.

Mi esposo es un santo porque duró por lo menos quince días en los que no se cocinaba ni arroz, porque no soportaba el olor de nada, mi mamá era la que la traía comida y me daba bocaditos, pero comía quizás lo que come un bebé de un año, porque las náuseas, el cansancio y el pesar del cuerpo en general no le dan ganas a uno de comer.

-¿Quiénes han sido su principal apoyo?

Toda mi familia ha sido un apoyo fuerte, sino fuera por ellos no sé dónde estaría. He recibido cuatro sesiones preventivas de quimioterapia y quince sesiones de radioterapia en las que ellos han estado dándome fuerzas.

-¿Los doctores ya le dieron de alta?

Por la pandemia ha sido un poco complicado, algunas citas han sido telefónicas, este próximo lunes 19 me darán los resultados de un ultrasonido, de una mamografía y placas, vamos a ver cómo nos va, igual tengo que tomar un medicamento de cinco a diez años; a los cinco años ellos valoran mi sistema hormonal y según lo que valoren me lo extienden.

-¿Cómo es la vida después de esta lucha?

Si usted me dice haga una dieta estricta que quizás solo una galleta coma, no la voy a hacer, porque después de no poder comer, valoro el comer, el dormir, el que no me duela nada, el no estar quemada porque la radio es como una quemadura solar muy fuerte.

Valoro el salir a trabajar, amo mi trabajo y este me permite hacer consciencia que todos somos vulnerables.

-¿Ha quedado con secuelas?

No puedo alzar peso, el brazo izquierdo se me inflama mucho, solo me quitaron un cuadrito del pecho, pero yo no lo siento.

-¿Cuál es su sueño más grande?

Mi sueño es tener más hijos, mi esposo es obsesionado con las panzas de embarazo y por mí quiero tener más familia.

Yeilin concluyó diciendo que muchas personas ven el cáncer como muy normal, pero solo los que pasan por ahí saben lo difícil que es toda la etapa, desde el diagnóstico, el tratamiento y hasta el final.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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