Las llamadas amenazantes que recibieron los familiares del colombiano Lisímaco Navas Martínez, días después de su repentina muerte, fueron las que iniciaron las sospechas de que su fallecimiento no se trató de un accidente.
Navas, de 67 años, murió la madrugada del martes 19 de noviembre anterior, luego de que una de sus propiedades se quemara. El hecho se dio en Villas Tramonti, en Los Ángeles de San Rafael de Heredia.
Luego de varios análisis, los expertos determinaron que la ropa de la víctima tenía rastro de acelerantes.
En un principio todo pareció un accidente, pero conforme siguieron las investigaciones, las autoridades determinaron que dos hombres, de apellidos Aguilar y Peña, de 40 y 48 años respectivamente, son sospechosos de haber provocado el incendio.
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Estos sujetos le alquilaban una casa a Navas y, en apariencia, al percatarse que se trataba de un extranjero quisieron adueñarse de sus pertenencias. Incluso en la investigación determinaron que los sospechosos aparente hackearon la computadora de Lisímaco y así entraron a sus cuentas bancarias.
Además, tras la muerte del señor, al parecer llamaban a los parientes de la víctima, tanto en el país como en el extranjero, para que desalojaran la propiedad en donde ocurrieron los hechos. También es exigían que dejaran de lado un proceso de herencia de la propiedad.
Aguilar y Peña fueron detenidos este jueves en la mañana en dos allanamientos en San Rafael y San Isidro de Heredia. Los agentes también encontraron evidencia importante que los relacionaría con el homicidio del extranjero.
El día que ocurrió el incendio, un vecino de Navas dijo que la víctima tenía hijas en el extranjero y que una semana antes de su muerte, una de ellas vino a visitarlo. El colombiano se dedicaba a la compra y venta de propiedades.