Sucesos

Alegre, sencillo y un buen jefe, así describen a dueño de joyería asesinado en Cartago

Al parecer, don ‘Frank’ se enfrentó a dos asaltantes y por eso le dispararon

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Franklin Serrano Bravo, dueño de la joyería Zafiro Azul, perdió la vida tras enfrentarse a unos asaltantes que se metieron en su negocio.

La víctima, de 62 años, recibió varios disparos en el abdomen que le provocaron la muerte dentro de su negocio.

La agresión ocurrió la mañana de este jueves, las autoridades recibieron la alerta a las 9:16 a.m. por medio del 911. El local está 25 metros al oeste de Plaza Mayor, en el centro de Cartago.

De acuerdo con los testigos, don ‘Frank’, como le decían de cariño, recién estaba abriendo el negocio junto a dos dependientes, en ese momento dos hombres llegaron y los amenazaron con armas de fuego.

En apariencia, exigieron que les abrieran la caja fuerte y el dueño les dijo que estaba abierta. Luego, al parecer, hubo un enfrentamiento.

“En ese momento se dio un altercado entre Frank y uno de los asaltantes, momento en el que en apariencia le disparó y lo impactó en varias ocasiones, los sujetos se dieron a la fuga sin lograr llevarse nada”, dijo la oficina de prensa del OIJ.

Los sujetos salieron corriendo y en apariencia intentaron subirse en un carro que los esperaba cerca del lugar; sin embargo, no pudieron y siguieron huyendo a pie. En ese momento, la Fuerza Pública logró la detención de los tipos a unos 200 metros de distancia del negocio y a unos 25 metros del sitio encontraron el carro, cuyo conductor seguía adentro y por eso de una vez lo agarraron.

A ellos los identificaron con los apellidos Mcquillan Gutiérrez, de 25 años; Rodríguez Mora, de 20 años y Mora Fallas, de 27, este último sería el conductor del carro.

Dejó dolor entre conocidos

Jesús Olivares, sobrino de la víctima, llegó hasta las cercanías de la joyería y dijo que cree que a su ser querido lo podrían haber estado siguiendo, ya que siempre llegaba y salía a la misma hora.

“Esto es un impacto, más por la hora en la que ocurrió, cuando apenas iba a empezar la hora laboral, hoy lo vi en la mañana cuando veníamos para el trabajo, él venía en su carro y yo en moto.

“Esto tuvo que haber sido que le dieron seguimiento de hace varios días”, dijo Olivares.

Otras dos muchachas se acercaron y dijeron que eran exempleadas, ellas prefirieron no dar sus nombres.

“Él era una persona muy buena, no era un jefe sino un amigo”, dijo una de ellas.

Roberto Carpio, un comerciante, mencionó que desde hacía tres años se conocían, ya que publicaban juntos artículos de sus negocios para tener más seguidores.

“Era muy accesible, amable y trabajador, siempre tenía su carrito frente al Club Social, era el primero en llegar y el último en irse. Tengo conocidos que me dicen que era un buen patrón, era una persona sencilla y no era de andar exhibiéndose en la calle con sus joyas, tenía bastantes años de tener la joyería ahí”.

Alejandro Zúñiga, conocido como “Chamber”, tenía más de 30 años de conocerlo.

“Francito andaba con nosotros en la barra de la afición del Cartaginés porque era bien envenenado y fiel al equipo, también porque ambos somos comerciantes en la misma acera con 50 metros de distancia, lo recuerdo siempre alegre, fino, él tenía mucha presencia, siempre se andaba riendo y el negocio lo tenía muy lindo. Como patrón muy bueno, humilde porque nunca cambió el carrito que tenía, pudiéndolo hacer”, señaló.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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