Sucesos

Enfermazos que comparten pornografía infantil no tienen un perfil y eso complica la labor de las autoridades

En lo que va del año, el OIJ ha recibido 12 denuncias por difusión de este material

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Los expertos en delitos sexuales aseguran que lo más complicado para hallar a los enfermazos que integran los chats o páginas donde se comparte pornografía infantil, es que no tienen un perfil específico, o sea, puede ser cualquier persona.

Prueba de eso es que el pasado 14 de abril, ocho hombres fueron detenidos por el OIJ como sospechosos de compartir pornografía infantil mediante un chat. Entre los capturados había un experto en manejo de escenas del OIJ, de apellido González, de 36 años; un inspector de la Policía de Tránsito de la Municipalidad de La Unión, de apellido Fonseca, y un funcionario municipal de Desamparados, de apellido Venegas.

Los allanamientos se realizaron en Cartago, Aserrí, Jacó, Goicoechea, San Francisco de Dos Ríos, Heredia, Alajuela y Parrita.

Las víctimas tienen entre 9 y 17 años y son de ambos sexos, lo que las autoridades no revelaron es si son menores ticos o extranjeros.

Freddy Chacón, investigador de la Unidad de Delitos Sexuales de la Sección Especializada en Violencia de Género, Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes, aseguró que en lo que va del año han recibido 12 denuncias por difusión de pornografía infantil, mientras que en el 2020 atendieron 45 casos.

“Las personas involucradas en la producción, tenencia, difusión, distribución, consumo y comercialización de material de abuso y explotación sexual infantil, no responden a un perfil determinado, debemos tener en cuenta que este delito puede ser cometido por cualquier persona. La evolución en el tráfico, soporte, distribución e intercambio de este tipo de material, hace que las formas de comunicación entre consumidores y agresores sexuales sean muy diversas (no solo se da mediante chats sino también por medio de juegos en línea, redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, entre otros), al igual que las personas que participan en cada una de las acciones que configuran el delito”, explicó el experto.

En el OIJ aseguran que es urgente que los padres protejan los datos personales de sus hijos, usando medidas de seguridad y políticas de privacidad, configuración de dispositivos y aplicaciones (según edad), activando los antivirus y programas de control parental, además de un uso controlado y seguro del Internet.

“Se debe generar confianza y seguridad en los menores de edad para mejorar los canales de comunicación”, añadió Chacón.

Para el OIJ, es vital que las personas denuncien de inmediato cuando se percaten de que hay alguna página o chat donde enfermazos comparten ese tipo de información, pues ahora hay muchas herramientas que hacen posible encontrarlos para darles su castigo.

“Es frecuente que promocionen sitios en el Internet profundo, grupos y chats a los cuales ingresan por medio de invitaciones, e incluso dando acceso a carpetas con este tipo de material o intercambiando el mismo dentro del grupo al momento de ingresar, se recomiendan entre sí y se suministran contactos”, comentó.

Triste realidad

El criminólogo Gerardo Castaing asegura que los pedófilos pertenecen a una industria multimillonaria, casi como la del tráfico de armas.

“El pederasta es el que abusa del menor de 18 años, el pedófilo se satisface observando niños, generalmente son personas que no encuentran satisfacción en los adultos, la inocencia de los menores, la forma de pensar y conducirse es un atractivo para ellos”, explicó el experto.

Castaing asegura que estos enfermazos, en la mayoría de los casos, tienen una relación de cercanía o de confianza con el menor.

“Los pedófilos pueden ser personas de cualquier edad, tener buen trabajo, ser profesionales o sin mucha educación”, dijo, insistiendo así en la idea de que no tienen un solo perfil.

Castaing coincide en que la aparición de las redes sociales les ha permitido a estos delincuentes poder ponerse en contacto más fácilmente.

“A veces aprovechan los cinturones de miseria para hacer algún contacto sexual con los menores y pedirles que hagan alguna posición rara o permitir algún contacto físico”, dijo don Gerardo.

Para el criminólogo, los padres deben tener un control absoluto si sus hijos tienen celular o redes sociales, además dejar de ver como algo lindo los bailes que hacen en sitios como TikTok, porque esos videos pueden caer en manos equivocadas.

Desconfianza

Don Rogelio Ramírez, jefe de la Sección de Delitos Sexuales del OIJ, asegura que quien consume pornografía infantil se ve también atraído por la idea de producir material y compartirlo con sus cómplices.

“Este tipo de agresores, en la mayoría de los casos, proviene de entornos tempranos de abuso, caracterizado por una estimulación precoz de su sexualidad”, dijo Ramírez.

El abogado penalista asegura que hay que tener mucho cuidado de las personas que están cerca de los niños y no confiar en nadie, sin importar el parentesco.

“Dichosamente la policía cuenta con recursos tecnológicos suficientes para detectar, rastrear e identificar a estos criminales, así como para identificar a las víctimas. Lamentablemente, es muy poco probable que este comportamiento agresivo sea ‘curado’ o neutralizado, y por lo tanto la posibilidad de reincidencia es elevada”, dijo Ramírez.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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