Los grupos criminales ya no solo se enfocan en reclutar a jóvenes de barrios pobres, también han puesto su mirada en muchachos de la alta sociedad o de familias bien acomodadas.
Según Omar Jiménez, fiscal de la Unidad Capacitación y Supervisión del Ministerio Público, los grupos delictivos buscan que esos jóvenes se sumen a sus filas pues ven en ellos una llave de acceso a nuevos “mercados” o víctimas.
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“En algunos momentos lo que el grupo quiere es carne de cañón, gatilleros, sicarios entonces buscan en determinados entornos sociales, pero a veces lo que quieren es gente más preparada, jóvenes que les sirvan de medio para introducir un determinado giro delictivo como la venta de drogas, fraudes electrónicos o tráfico de personas en un entorno social determinado. Entonces vemos que captan chicos de un altísimo poder económico para poder entrar a un colegio, a una sociedad o a una comunidad de alto nivel económico”, detalló Jiménez.
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El fiscal explicó que pese a esta nueva práctica, las organizaciones criminales se siguen enfocando en los jóvenes de clase de baja, ya que con la promesa de darles dinero y respeto, logran que estos se encarguen de realizar las labores más peligrosas.
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Pese a que estos muchachos reciben promesas de ser respaldados, el fiscal dijo que en muchos casos ha visto a jóvenes que se quedan totalmente solos tras ser detenidos, pues para las bandas simplemente son un recurso reemplazable.