Ya pasó un año del trágico accidente de un autobús en Cinchona, el cual cobró la vida de 15 personas. Por eso los sobrevivientes del terrible hecho se reunieron de nuevo este jueves, pero esta vez para homenajear a sus amigos que ya no estén y para recordarles que nunca serán olvidados.
A las 9 a.m., la misma hora en que sucedió el incidente, los 15 pensionados de la Universidad Nacional, quienes lograron salir con vida de la vuelta llamada “el codo del Diablo”, llegaron este jueves hasta las instalaciones de la finca de recreo de la UNA, ubicadas en Santa Lucía de Barva en Heredia.
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El encuentro fue conmovedor e, incluso, algunos no pudieron aguantar las lágrimas al ver a todos sus amigos reunidos nuevamente luego de pasar momentos de gran pena y dolor.
En ese mismo lugar fue develada una placa con el nombre de cada una de las 15 personas que fallecieron en el accidente, acompañada de un hermoso mensaje.
"Las buenas amistades son para toda la vida y no hay muerte que pueda distanciarnos, ni borrar los bellos recuerdos que nos dejaron en el paso de sus vidas. Siempre estarán en un lugar muy especial de nuestro corazón”, se puede leer en la placa.
Doña Leda Ramírez, una de las sobrevivientes, dio un pequeño discurso en el que destacó que, tanto ella como sus otros compañeros, llevarán siempre en el corazón a esas personas que ya partieron.
“Ellos murieron físicamente, pero mientras nosotros pensemos, mientras exista esta placa, mientras exista un pensamiento, ellos nunca van a morir, siempre van a estar con todos nosotros”, manifestó.
El homenaje no solo fue para los fallecidos, sino también para todos los sobrevivientes, quienes con valor y coraje han logrado retomar sus vidas, evitando que la tragedia se convierta en un obstáculo entre ellos y su felicidad.
El trágico accidente sucedió el 20 de octubre del año pasado cuando el grupo de pensionados de la Universidad Nacional realizaban un viaje hasta la zona norte del país, específicamente a la comunidad de Guatuso, donde llevarían a cabo un convivio en la reserva indígena Maleku, a donde también llevarían víveres.
Según las investigaciones judiciales, el accidente se produjo por un desperfecto en la caja de cambios del bus, lo que impidió que el chofer pidiera compresionar para reducir la velocidad, situación que terminó en el terrible hecho.