Sucesos

Familia siempre sospechó que vecino podría ser el asesino de su esposo y papá

OIJ tardó un año y siete meses para detener al principal asesino de un pescador de Golfito

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Xinia Molina Espinoza y sus dos hijos siempre creyeron que el principal sospechoso de quitarle la vida a su esposo y papá era un vecino de apellidos Pomares Sequeira, de 22 años.

Uno de los hijos fue el primero en sospecharlo al ver que el hombre, al parecer, estaba usando el celular de su papá. Mientras que el otro lo terminó de confirmar cuando le pidió el teléfono y vio que le habían limado la parte de la serie que está por la batería.

La víctima se llamaba Yeickson Guzmán Vargas, era de Golfito, tenía 39 años, trabajaba como pescador y la última vez que su familia lo vio fue el domingo 22 de abril del 2018, cuando salió con su bote.

Tres días después de la desaparición, el sospechoso huyó de la zona sur del país, pero antes de marcharse pasó por la casa de Yeickson, habló con Xinia, quien en ese momento no sabía que su esposo estaba muerto, creía que solo estaba desaparecido. Fue dentro de la vivienda que Pomares sacó el celular y los hijos lo reconocieron.

Tres meses después, el OIJ allanó la propiedad en la que trabajaba Pomares en Golfito, dentro de esta encontró el cuerpo de la víctima, estaba semienterrado y alrededor hallaron algunas de sus pertenencias, como los documentos personales. Cuando las autoridades sacaron el cadáver, notaron que tenía varios balazos en la cabeza.

Pomares se mantuvo en fuga y fue hasta este jueves en la mañana que el OIJ lo detuvo en barrio Cedral de Ciudad Quesada, San Carlos, de donde es oriundo.

Sospechoso le debía plata

Yeickson se ganaba la vida como pescador y también ofrecía el servicio de bote taxi, para los vecinos que vivían en las zonas alejadas de Golfito y Puerto Jiménez.

Fue de esta manera de que él y Pomares se conocieron.

“Ese hombre (Pomares) cuidaba una finca en una zona que se le conoce como Isla Grande o Bajo Congo y la única forma de salir de ahí es por mar, por eso el dueño de una propiedad que está ahí y Pomares llamaban a mi esposo para que les hiciera el servicio de bote taxi, porque mi esposo era una buena persona, siempre ayudaba y no les cobraba caro para salir o entrar a ese lugar”, recordó Xinia.

Guzmán les cobraba unos ¢30 mil colones por viaje; sin embargo, de acuerdo con la esposa, tanto el dueño de la propiedad como el sospechoso le debían bastante plata. Solo Pomares tenía una deuda de unos $1800 (cerca de ¢1 millón).

“Mi esposo todo lo apuntaba en una libreta que tenía, yo la encontré y me di cuenta que le debían plata.

“No sé por qué razón lo mataron, sospecho que mi esposo los tuvo que haber llamado (a Pomares y al dueño de la propiedad) para decirles que pagaran y quizás fue por esa razón que nos lo mataron. Él nunca les hizo daño, más bien los ayudaba, pero le pagaron de la peor manera, también nos hicieron daño a nosotros, su familia”, manifestó la viuda.

La mujer aseguró que su esposo conoció al sospechoso en octubre del 2017.

“Conocí a ese muchacho porque una vez acompañé a mi esposo a ir a dejarlo donde él vivía. Cuando Yeickson desapareció lo fuimos a buscar por esa misma zona y allí encontramos su bote, muchas veces le pregunté a ese muchacho por mi esposo, pero él me decía que no sabía nada, siempre sospeché de él”, dijo la mujer.

Familia lo llora y la ven rudo

Xinia cuenta que todos los días lloran a su ser querido, él era la cabeza de la familia.

“Mis hijos siempre dicen: ‘si papá estuviera nos ayudaría en esto, si papá estuviera no nos pasaría esto o lo otro’. Ha sido muy duro, lo extrañamos y es difícil la vida sin él.

“Desde que desapareció padezco de la presión, muchas veces no he tenido que darle de comer a mis hijos, pues vivíamos de la pesca que él hacía. Algunos vecinos nos ayudan y eso se los agradezco porque por ellos es que comemos”, dijo esta angustiada esta mamá.

A pesar del dolor, los hijos han salido adelante. Ellos son vecinos de la comunidad La Bolsa en el kilómetro 1 de Golfito.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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