A Ruddy Campos Morales, de 37 años, un exagente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), lo habría mandado a matar una persona que nadie esperaría.
El sospechoso es el exsuegro, un sujeto de apellido Kiel, de 49 años.
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Esa es la hipótesis judicial que manejan las autoridades luego de que capturaron a Kiel, la mañana de este jueves 15 de mayo, en Ticabán en Pococí.
Kiel le habría pagado a un hombre, de apellido Gutiérrez, de 27 años, para que cometiera el crimen.
“Gutiérrez fue contratado por parte de Kiel, quien era el suegro de Ruddy Campos”, afirmó Randall Zúñiga, director del OIJ.
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Gutiérrez supuestamente hizo que la escena del crimen se viera como un robo, no obstante, las indagaciones llevaron al OIJ a descubrir el macabro hecho que se escondía.
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“La investigación nos pudo determinar que efectivamente Kiel le pagó a Gutiérrez para que matara al yerno. De acuerdo con la investigación, se tiene un diferendo de índole familiar entre ambas personas y esto presuntivamente fue lo que provocó el asesinato de Ruddy Campos”, agregó Zúñiga.
La última acción que tuvo Ruddy fue pasar a visitar al papá, conversar un rato y cuando iba hacia su casa fue que lo atacaron para acabar con su vida.
Familia de exagente asesinado perdió la paz
Ruddy era el único hermano varón, además era de los mayores, sus hermanas lo adoraban y respetaban porque siempre anduvo en buenos pasos.
Además le guardaban mucha admiración porque formó parte de la Policía de Control de Drogas (PCD) y además agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Así lo detalló Jessika Campos, en conversación con La Teja, ellos siempre supieron que su ser querido era una persona de bien y que el daño lamentablemente venía por personas con las que en muchas ocasiones habían compartido; sin embargo, esperaron el trabajo del OIJ para que fueran ellos los que lo resolvieran.
“El caso de Ruddy era muy complejo, el asesinato fue en un lugar aislado, en el que no había testigos, ni cámaras, teníamos todo en contra, pero la familia también apoyó para conseguir justicia y confió en la investigación judicial”, expresó Jessika.
Desde la muerte de Ruddy, el hogar perdió la paz, incluso han recibido amenazas por medio de mensajes de chats que se viralizan en la comunidad, desconocen quien los envían, detallan que los vecinos les han hecho advertencias, así como en alguna ocasión se las hicieron en Ruddy.
“Siempre supimos que la muerte de Ruddy venía por el lado del exsuegro, porque ya le habían advertido que lo andaban buscando personas para acabarlo, pero él sentía un amor tan grande por nuestros papás que nunca se fue de ese lugar (donde ocurrió el ataque) le rogamos para que se fuera, pero él decía que no tenía por qué huir”, recordó la hermana.
A exagente lo habrían matado por una propiedad
La detención de Kiel ocurrió en una casa que paradógicamente Ruddy había ayudado a levantar, pues había vivido ahí con la expareja.
Otra propiedad que es de la familia de la víctima habría sido la detonante por la que Kiel habrían planeado desaparecer a su yerno, sin importar dejar a dos de sus nietos sin papá.
“Mi hermano siempre fue un padre responsable, le daba pensión a sus hijos. Trataron de pelearle un terreno de mis papás y ahí empezó todo, como a nivel civil mis papás logran demostrar que era de ellos, de ahí viene la molestia.
“Ruddy hizo su vida con otra muchacha que era la actual pareja, tuvo una niña y esto nunca lo superaron”, señaló la familiar.
Antes de que lo asesinaran, Ruddy alertó que lo estaban amenazando.
“Antitos de que lo mataran levantó una denuncia porque el exsuegro se presenta a la casa donde él vivía y lo amenaza, le dijo que no iba a descansar hasta verlo muerto. Él dijo, ‘si me pasa algo, que exista evidencia que esta es la persona’”, recordó la hermana.
Además de un hermano, el hogar también perdió el cariño de los dos hijos mayores de Ruddy, dos niños de 12 años y de 10 años, pues ellos son nietos de Kiel; sin embargo, la familia tiene claro que los niños son inocentes de los problemas que hubo entre adultos y que dividió por completo a la familia.