Doña Francisca Condega García, mamá de Ariel Vargas, uno de los cinco estudiantes universitarios asesinados en Liberia, dice no saber si algún día perdonara a quien le quitó la vida a su hijo.
Este martes doña Francisca tenía los ojos rojos de tanto llorar, pero está satisfecha con la sentencia a pesar de que el juicio fue durísimo pues tuvo que recordar todo lo que pasó y oír detalles que no conocía.
En su casa en el barrio La Guaria, en Liberia, nos contó que la sentencia de 216 años contra Gerardo Ríos Mairena, de 34 años, era la que ella y las otras familias esperaban.
“La verdad nos sentimos apoyados, gracias a Dios. Sí debo decir que tuve miedo de que lo dejaran libre. Uno ve tantas injusticias que no se sabe lo que puede pasar, recuerde que él no tenía que estar en la calle (tenía beneficio carcelario, estuvo preso por venta de drogas)”, dijo Condega.
Doña Francisca dice tener mucho enojo por lo que Ríos le hizo a su hijo y por el daño y el dolor con que la dejo a ella.
“No sé si podré perdonarlo, en realidad sólo Dios perdona, más bien disculparlo. Él se ensañó con mi hijo, sé que de una u otra manera él (Ríos Mairena) también está sufriendo, solo le pido a Dios que me dé las fuerzas que necesito”, dijo la valiente mamá, que tiene otros dos hijos.
Grandes recuerdos
En casa de la familia de Ariel lo recuerdan como un joven estudioso, trabajador y que le encantaba bailar, incluso su mamá guarda como un tesoro en su celular algunos vídeos de presentaciones en las que Ariel participó durante cinco años con Merecumbé.
A Ariel le faltaban dos años para graduarse de Administración y, según su mamá, a veces pasaba muy tallado para poder pagar los estudios, pero estaba decidido a salir adelante.
“Mi hijo nos ayudaba mucho en la casa con lo que él podía. Es un dolor terrible, no pude volver a trabajar no me he sentido bien, estoy luchando para tratar de volver a trabajar pero vamos a ver qué pasa”, concluyó doña Francisca.