Yosell Quintero Arce, el futbolista que casi pierde la pierna izquierda al ser atropellado por un carro, mantiene la esperanza de ponerse una vez más los tacos para jugar en una cancha, aún cuando el pronóstico sobre su recuperación parezca adverso.

“Yo voy a poner todo de mi parte, siempre agarrado de la mano de Dios, voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para recuperarme y volver con todas las fuerzas del mundo”, dijo el joven de 31 años.

Quintero, quien juega como lateral derecho en la Asociación Deportiva Cariari Pococí, de la Segunda División, fue golpeado por un carro el martes 11 de agosto, en el centro de Cariari. Desde entonces permanece internado, primero en el hospital de Limón y ahora en el de Guápiles.

El futbolista contó que desde el accidente ha pasado por momentos muy difíciles, sobre todo por el temor que sentía de perder su pierna, pero afortunadamente los médicos lograron salvarla al tratar una arteria que resultó dañada en el atropello.

“Me encuentro muy bien, lo que me han dicho es que tengo que tener un poco de paciencia porque vamos por partes, porque lo que es el tema vascular ya me lo solucionaron, ahora viene la parte muscular y la rehabilitación”, detalló.

Nunca lo olvidará

Yosell recordó que el accidente ocurrió luego de que él pasó a cambiar un menudo a una tienda, precisamente en el momento que estaba por subirse a su carro.

“Vi que el carro verde, que me atropelló, quería salir como en medio de un camión, que, al parecer, nunca vio y cuando el conductor del camión le pitó esta persona se asustó y aceleró, por lo que me prensó contra la parte trasera de mi carro, todo se dio demasiado rápido”, detalló.

Producto del golpazo Quintero salió volando y cayó a unos metros de su chuzo, por el efecto de la adrenalina intentó levantarse de un brinco, pero no lo logró.

“Intenté levantarme, pero sentía que tenía el pie como metido en un hueco, cuando lo volví a ver me di cuenta que lo tenía bastante maltratado, entonces lo que hice fue pedirle a una muchacha que llamara a una ambulancia”, añadió.

Yosell logró permanecer tranquilo por unos minutos, pero el miedo y la angustia se apoderaron de él cuando empezó a sentir que las fuerzas le faltaban por toda la sangre que estaba perdiendo.

“Cuando llegué al hospital de Guápiles me pusieron un poco de morfina porque el dolor era demasiado fuerte, luego me acomodaron la pierna en su posición normal porque estaba luxada, y me mandaron para el hospital de Limón”.

Difícil recuperación

Afortunadamente, la vida de Quintero ya no corre ningún riesgo; sin embargo, le queda una larga recuperación por delante, pues las heridas que sufrió en la pierna son bastante graves.

“Me tienen que hacer un injerto de músculo porque se me desprendió una parte y luego tienen que revisar lo de la luxación de la rodilla, que eso va a ser lo más complicado, porque pudo haberse llevado el ligamento, meniscos y muchas cosas más, espero en Dios que no sea tan grave”, contó.

Yosell no ocultó la preocupación que siente por esta situación, pues aún no sabe si su pierna se recuperará lo suficiente para volver a las canchas.

“Me han dicho que va a ser un poco complicado, pero yo tengo demasiada fe en Dios, estoy muy aferrado a Él y se que es el Señor es quien da el último dictamen, si puedo jugar o no de nuevo ya es decisión de Dios”.

El joven dijo que otra de las situaciones difíciles que ha vivido durante el proceso de recuperación es estar alejado de su familia, pues estuvo internado en el hospital de Limón hasta el pasado martes, que los médicos decidieron pasarlo al centro médico de Guápiles.

“Ya cuando me pasaron a Guápiles me dieron mi celular y ya pude escribirles a todos para que se sintieran un poco más tranquilos de que yo estaba bien”, añadió.

Apoyo de sobra

En medio de la preocupación que siente por lo que pasará con su recuperación, Yosell ha encontrado las fuerzas para salir adelante en los cientos de mensajes de apoyo que ha recibido desde el día del accidente.

“Me siento demasiado contento, siempre he sabido que la gente me tiene un gran cariño por mi forma de ser, pero jamás me esperé que fuera tantísimo, estoy muy impactado con las muestras de cariño, con las personas que han colaborado, de verdad que fue algo que me tocó el corazón”, contó.

Sus compañeros de equipo también lo han acompañado en todo momento y son ellos quienes más lo motivan para que no pierda la fe de jugar de nuevo.

“Ellos han estado muy preocupados y me han dicho que me extrañan porque soy de esos jugadores que está con ellos y los molesta, siempre soy como el alma de la fiesta del equipo, entonces por ese lado me están extrañando.

“También me dijeron que se sienten inspirados y por eso quieren hacer un buen torneo, más que todo para que yo esté tranquilo y contento”.

Es un hecho que Quintero no podrá jugar en el torneo que iniciaría el próximo mes, pero aseguró que desde el hospital o desde la gradería seguirá apoyando al equipo de sus amores.