Sucesos

Habría mano criminal en incendio de histórico bar El Castillo

Dueño pidió investigación al OIJ pues se presume que el incendio fue provocado

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El incendio en el bar El Castillo, en San José, habría sido provocado.

El fuego es uno más de las amenazas que enfrentó este conocido lugar al que las llamas destruyeron este 16 de agosto; ya antes, durante cinco meses, había hecho frente al cierre debido a la pandemia.

Pero su dueño asegura que le va poner para restaurarlo y pronto espera volver a reencontrarse con sus clientes. O sea, El Castillo no morirá.

Este negocio ha estado durante casi 100 años en calle 9, avenida 14, 100 metros al norte del Liceo de Costa Rica. Ha sido administrado por varias familias.

Según el reporte de Bomberos el fuego que lo destruyó se desató a las 6:17 de la tarde. Fue necesaria una plataforma para controlarlo rápidamente y evitar que se propagara a otros locales y casas.

El bombero Rodrigo Leandro comentó que cuando llegaron ya el bar estaba envuelto en fuego. Fueron necesarias seis unidades de bomberos para atender la emergencia. Una sodita y una casa quedaron con daños menores.

Don Huberth Mora, dueño del bar, nos contó que el viernes fue el último día que abrió y que la noche del domingo un vecino lo llamó y le dijo que se fuera para el negocio porque se estaba quemando.

“Viera qué desesperación sentí, cuando llegué ya no había nada qué hacer, había carros de bomberos y bomberos por todas partes, pero todo se estaba quemando. No había nada qué salvar, lo único que no se quemó fueron unas cabezas de venado que tenía como decoración”, dijo Mora.

Según nos contó Mora, todo hace presumir que el incendio fue provocado por una bomba molotov o algo parecido.

“Los bomberos tienen una sospecha de que fue provocado y nosotros también. La verdad uno no tiene problemas con nadie, pero ya puse la denuncia”, dijo Mora.

Don Huberth tiene 15 años de tener el negocio y nos contó que el bar se volvió “de ambiente” (visitado por público gay) pero que igual llega todo el mundo porque se pasa muy bien.

“Al principio mucha gente vieja de venir al bar se alejó (por el cambio que hubo), pero después regresó porque, aunque vieron que se volvió de ambiente, es gente lindísima para compartir y venir a tomarse unos tragos. Vienen hasta familias, son una clientela muy fiel y muy especial porque cuando estaban apagando el incendio unos cien vinieron a ver qué había pasado y si nos podían ayudar. Eso uno lo agradece mucho”, afirmó.

Este pulseador asegura que las pérdidas superan los ¢15 millones.

“Con la pandemia han sido tiempos muy duros, pero aquí estamos luchando, ahora se nos vino esto pero no nos vamos a rendir jamás. Vamos a empezar, si se puede, mañana mismo a trabajar noche y día para reparar todos los daños y pronto volver a abrirlo. Sé que mis clientes me van a apoyar igual o más que siempre. Este bar no va a dejar de existir”, afirmó.

Mora asegura que hay clientes que le cuentan que sus familiares llegaban al bar hace 75 años a tomarse alguito y él quiere mantener la historia.

“En todos estos años han venido montones de generaciones que nos cuentan sobre el bar y su pasado, sinceramente esta es una prueba, pero vamos hacia adelante”, dijo muy optimista.

Uno de los clientes del bar, Frank Duarte, aseguró sentirse muy triste por el incendio.

“Hay gente que piensa que los bares de San José son horribles y que entre más viejos peor, pero uno aquí la pasa lindo, es un lugar acogedor y lleno de historia. Me dio mucha tristeza eso del incendio porque los comerciantes han tenido días muy duros, esperamos que pronto puedan volver a abrir y nosotros venir a tomarnos unas birras para ayudar. Ojalá hasta hagan un pachangón para la reapertura”, dijo.

La periodista Fiorella Alvarado aseguró que el incendio le dio mucha nostalgia pues sus bisabuelitos --Arcángelo Blando Cozza y Teresina Marranghello Napolitano-- montaron el bar restaurante El Castillo desde que llegaron de Morano Calabria, Italia, a San José. Ellos se lo compraron a don Manuel Caracas y Mary Armas.

Los esposos tuvieron el negocio desde 1926 hasta el 2006, en ese sitio servían deliciosos platillos italianos.

“Desde esa ventanita mi abuelito Floro Blando nos inundaba de chocolates cuando íbamos a visitarlo. Mi abuelito trabajó ahí prácticamente hasta el último día de vida”, dijo Fiorella.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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