EscucharEste martes empezará el segundo juicio a tres hombres, de apellidos Castellón, Gómez y Elizondo por un doble crimen ocurrido en el 2014 en Talamanca.
Las víctimas son José Luis Torres Torres, de 21 años, y José García García, de 23, quien era bombero voluntario. Ellos aparecieron semienterrados en una finca en Rancho Grande de Paraíso, en Bribrí.
En el primer debate, llevado a cabo en febrero de 2016 los acusados fueron condenados a un total de 133 años de cárcel. El Tribunal le impuso a Elizondo una pena de 52 años, a Castellón un total de 41 años y a Gómez 40 años.
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Luego de que los defensores de los supuestos asesinos apelaran, el Tribunal de Apelación de la Sentencia Penal de Cartago ordenó anular el proceso y ordenó un nuevo juicio, que se llevará a cabo en los Tribunales de Limón.
Macabro hallazgo
Los cuerpos de Torres y García aparecieron el 14 de octubre de 2014 en una zona montañosa.
En aquella oportunidad, el OIJ informó que el posible móvil del hecho fue que las víctimas descubrieron una plantación de marihuana y los sospechosos los habrían matado a puñaladas para que no dijeran nada; sin embargo, poco después los oficiales del Servicio de Vigilancia Aérea buscaron la supuesta plantación y no la encontraron.
Al parecer, los crímenes fueron cometidos frente a un testigo que logró escapar y avisar a las autoridades.
Los tres presuntos homicidas fueron arrestados días después del hallazgo de los cuerpos.
Líder cruel
La Policía asegura que de los tres acusados el más peligroso es Elizondo, ya que está vinculado con otros crímenes y es quien les daba órdenes a los Castellón y Gómez.
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El primer problema que tuvo Elizondo con la Policía fue el 1.° de abril de 1993, cuando, a los 19 años y siendo vigilante de un hotel en Barra del Colorado, mató de un balazo a su patrón, Guido Argüello Chaves.
El Tribunal de Juicio de Pococí lo condenó a 20 años de prisión el 1.° de octubre de 1998. Esa pena la cumplió el 28 de agosto del 2011.
El 26 de julio de 2013 fue señalado por asaltar un bus en Daytona de Sixaola y matar al chofer, Helbert Álvarez Briceño.
El 12 de setiembre del 2014, la Policía Judicial lo volvió a relacionar con un crimen: el asesinato del finquero Rafael José Molina Rojas, ocurrido en Suerre de Jiménez, en Pococí. Este hombre fue hallado con heridas de arma blanca y se presume que el móvil del homicidio fue el robo, pues su celular apareció en Bribrí.
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