Dos hermanos, de apellidos Gómez Sevilla y Pérez Sevilla, fueron condenados a 14 años de cárcel por matar a golpes y a pedradas a Ariel Sebastián Alvarado, de 26 años, y causarle lesiones leves a Mauricio Martínez Estrada.
Un tercer hermano de apellidos Sevilla Miranda, quien también había sido acusado por los ataques, fue absuelto por falta de pruebas.
La sentencia fue dictada la tarde de este viernes en los Tribunales de Heredia.
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Los hechos achacados a los acusados ocurrieron el 16 de diciembre del 2016 en una finca localizada en Santa Bárbara de Heredia.
Según quedó claro en el juicio, la madrugada de aquel día Gómez Sevilla y Pérez Sevilla se toparon a Ariel, Mauricio y otro hombre llamado Wilmer Diaz Flores, quienes caminaban por la calle.
Los atacantes la emprendieron a golpes contra ellos. Alvarado sufrió lesiones muy fuertes en la cabeza que lo dejaron inconsciente, pero pese a estar indefenso los salvajes siguiendo pegándole con piedras y palos que agarraron de los alrededores.
Los asesinos le pegaron a Ariel con una piedra en la cabeza y eso le causó la muerte en el lugar.
Después siguieron golpeando a Mauricio y a Wilmer. Mientras ellos dos estaban tirados en el suelo suplicando que no los mataron, los asesinos tuvieron un descuido que fue aprovechado por Wilmer para levantarse y huir en busca de ayuda; Mauricio siguió tirado en el suelo fingiendo estar inconsciente.
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Los homicidas persiguieron a Wilmer pero él logró refugiarse en una casa. Ya para ese momento Mauricio se había levantado del suelo y había buscado refugio en otra vivienda.
Pese a que la Fiscalía había acusado a los hombres del homicidio de Ariel y de dos tentativas de homicidio en perjuicio de las otras dos víctimas, por mayoría de dos votos los jueces sólo condenaron a los los hermanos por el homicidio y por causarle lesiones leves a Mauricio, quien tuvo que ser incapacitado por siete días.
En el caso de Wilmer no encontraron delitos ya que él nunca buscó ayuda después de la agresión que dijo haber recibido, por lo que no hay constancia de que realmente recibiera golpes.