Oniel Rayo Cardoza estuvo muy cerca de ser la sexta víctima mortal de la masacre ocurrida la noche del sábado en Santa Cruz de Guanacaste, pues casi se va a vivir a la casa donde cinco de sus familiares fueron asesinados a balazos.
El destino de Rayo cambió en un momento crucial y él asegura que fue Dios quien puso algo en él para que decidiera no acompañar a sus seres queridos a esa pequeña vivienda, en El Silencio de Huacas, en Santa Cruz, a la que llegaron el sábado 2 de julio.
“Yo ya estaba listo, iba a ir con ellos (a esa casa), pero fue como que Diosito me entretuvo y cuando ya estábamos haciendo las maletas para subirnos al carro yo le dije a ella, ‘mamá, yo no me quiero ir, yo me quiero quedar aquí', entonces me quedé en Villareal (en Santa Cruz)”, contó Oniel a La Teja.
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Aunque esa decisión terminó por salvarle la vida, no evitó que su corazón se rompiera en mil pedazos al perder a su mamá, Amparo Cardoza Orozco, de 55 años, a sus dos hermanos Miguel Jarquín Cardoza (se desconoce su edad) y Pedro Hernández Cardoza, de 42.
También a su primo Jonathan Cardoza Rivas, de 25 años y al cuñado de uno de sus hermanos, llamado Isidro Orozco Loáiciga, de 29 años.
Ahora Oniel y su hermana Carolina, están haciendo todo lo posible por recaudar el dinero necesario para llevar a sus seres queridos de regreso a Matagalpa, en Nicaragua, donde les darán santa sepultura esta semana.
Si usted desea ayudar a Oniel puede contactarlo al teléfono 7025-362 o por medio de Sinpe Movil al 8942-1837, a nombre de María Isabel Olivas.
Buscaban más comodidad
Oniel contó que de los miembros de su familia que tenían más tiempo de vivir en Costa Rica eran su mamá y su hermano Miguel, aproximadamente unos cuatro meses, él llegó al país hace un mes y los últimos en llegar fueron Pedro, Jonathan e Isidro.
Según contó, todos estaban viviendo en una pequeña casa en Villareal de Santa Cruz, pero decidieron buscar un lugar más cómodo.
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“Todos vivíamos aquí tranquilos, trabajábamos juntos (en construcción), los fines de semana íbamos a comprar cositas y luego haciamos una comidita alegre entre todos.
“Aquí estaban bien, tenían la casa y todo a disposición, ella (la mamá) no me dijo nada, a ella tal vez lo que no le parecía es que éramos muchos y el espacio no era mucho”, explicó Oniel.
Tras la muerte de sus seres queridos, Rayo contó que en Costa Rica ya no queda nada para él, ahora lo único que quiere es llevarse a sus familiares a Nicaragua para nunca más regresar a nuestro país.
Ayuda y apoyo
En medio del gran dolor que siente por lo sucedido, en estas últimas horas Oniel ha visto la bondad y el buen corazón de varias personas, que se han acercado a él para poner su granito de arena.
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“Viera que sí (lo han ayudado), gracias a Diosito, la gente acá en Costa Rica es muy amable, nos han ayudado bastante. El apoyo ha sido demasiado, viera la gente como me ha llamado para ver cómo puede ayudarme. Por esa parte me siento muy agradecido con las personas de Costa Rica”, dij Rayo.
En cuanto al crimen del que fue víctima su familia, Oniel dijo que aún no sabe el motivo, pero él sostiene que los gatilleros se equivocaron de personas, pues asegura que todos sus seres queridos eran personas honradas que vinieron a Costa Rica buscando un futuro mejor.