Sucesos

Hombre pierde brete por pandemia, queda en silla de ruedas y reta a la vida

El valiente trabaja en una soda de su propiedad para salir adelante

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El teólogo y exmisionero Daniel Happer, de 31 años, saca fuerzas de donde ya no quedan para levantarse de las lesiones que sufrió al quedar en medio de una balacera por un pleito de vecinos.

Eso ocurrió el 6 de diciembre del 2020, en Purral Arriba de Goicoechea, y a pesar de que dispararon un montón de balas, una fue la bala que impactó a Happer, pero causó estragos impresionantes. Le atravesó el diafragma, el páncreas, el pulmón izquierdo (le quitaron una parte), perdió el bazo, le lesionó la médula y lo dejó en silla de ruedas.

Meses antes de la agresión había perdido su trabajo en una telefónica por culpa de la pandemia, por lo que desde noviembre del 2020 empezó a vender comidas rápidas y el negocio comenzó a crecer, pero debido al balazo todo se vino abajo.

Happer, quien vive en Coronado, San José, recuerda que ese domingo, pasadas las 7 de la noche, él estaba en la casa de sus papás y vio que su hermano menor (de 29 años) salió, por lo que presintió que algo iba a pasar, así que él también salió a ver el carro que dejó al frente, momento en el que se armó el tiroteo.

“El problema no fue con mi hermano, él mas bien quiso tratar de calmar la situación, pero no le dio tiempo y las balas comenzaron a salir”, recordó Happer.

Otras tres personas resultaron heridas en las piernas, pero solo Happer resultó afectado de gravedad.

Estuvo en el hospital Calderón Guardia y los médicos incluso le dijeron a los familiares que las probabilidades de vida eran pocas.

“Estuve un mes internado y pude ver el milagro de Dios, porque conforme me iba sanando, salían otras cosas, por ejemplo se me metió una espora (hongo) en la sangre, se me hizo un coágulo en el pulmón derecho que era el que tenía bueno y eso casi me manda a una tercera cirugía, también me dio una bronconeumonía, pero Dios me levantó muy rápido”, recordó el luchador.

A pesar de estar cerca de morir, Happer afirma que no guarda ningún tipo de rencor.

“En mi corazón no hay rencor, porque allí vive Dios, por su gracia aún tengo vida y por Él me levantaré sea en la tierra o en el cielo”, expresó el sobreviviente que sigue con cuidados porque cada dos horas tiene que cambiar de posición, ya que se cansa y le duele estar de un solo lado.

Sobrevive vendiendo comidas

En enero y febrero del 2021 permaneció muy débil en su casa, pero poco a poco se fue recuperando con ayuda de su esposa, Keilyn Amador. A pesar de los dolores, con silla de ruedas se mueve de un lado para otro para cocinar en la soda que montó en su casa para sacar adelante a la familia.

Además, en la pasada Semana Santa retomó las ventas de comida a domicilio que había iniciado en noviembre.

“Tengo una parrillita, mi freidora pequeña y trato de ponerle amor a la comida, entregamos a domicilio o bien pueden pasar a retirar en Coronado.

“Mi cuñado tiene una moto y está sin trabajo, entonces él nos ayuda con las entregas, esto al final es una ayuda para toda la familia”, comenta con satisfacción.

Happer sigue con dolores en la espalda, cadera y hasta tiene calambres, pero se esfuerza por salir adelante porque tiene obligaciones en la casa. Sin duda, una gran lección de vida para los que se viven quejando.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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