Joel Batista Méndez volvió a nacer después de sufrir un accidente cuando viajaba como acompañante y sin casco en una motocicleta.
Él estuvo 27 días en coma, se quebró la mandíbula en tres partes y le hicieron seis operaciones en la cabeza. También pasó por dos cirugías en los ojos y otra en la mandíbula. Además, dos bacterias lo atacaron mientras estuvo hospitalizado.
Incluso, los médicos le dijeron a sus papás que sus probabilidad de vida eran de un 5%, pero él rompió todos los pronósticos y empezó desde cero. Después de reaccionar aprendió a caminar, a comer, a cargar sus propias cosas y así se ha valido por sus propios medios.
Actualmente tiene 27 años y ese accidente ocurrió el sábado 9 de mayo del 2009, cuando tenía 16. Ese día se montó en la moto junto a un conocido que, al parecer, estaba drogado.
Ellos chocaron contra un bus que estaba estacionado frente al Jardín Cevichero en San Sebastián.
“En ese entonces andaba portándome mal, no pensaba lo que hacía.
“Los doctores le dijeron a mis papás que si sobrevivía no iba a poder hablar, caminar ni nada, pero soy un milagro de Dios, aunque el proceso de recuperación ha sido muy lento”, contó Batista.
Cuenta que todo el golpe se lo llevó en la parte izquierda de la cabeza, por lo que a veces pierde el equilibrio, además en ocasiones ve doble y tiene menos fuerza en ese lado del cuerpo.
Alcanzando metas
Cuando ocurrió el accidente, Joel cursaba el noveno año, apenas pudo regresó al cole porque soñaba con superarse, pero reconoce que le costó retomar el ritmo de las clases.
Luego se metió en un instituto donde sacó el bachillerato, comenzó a estudiar Ingeniería en Telemática, pero los cursos eran muy caros y por eso tuvo que salirse.
Él siempre quiso trabajar para ayudarse y apoyar a la familia, pero comenta que el accidente hizo que esto fuera más complicado de la cuenta.
“Mi dictamen médico pareciera ser una hoja de delincuencia manchada, pero hace ocho meses una empresa me abrió las puertas y se los agradezco mucho porque voy cumpliendo parte de mis sueños”, dijo.
Consejo para motociclistas
Él le pide a los motociclistas andar con precaución, para evitar accidentes como el que él sufrió.
“Por mi experiencia y por lo que he vivido nunca andaría sin casco en una moto, porque la vida se puede perder en un segundo y algo tan simple como ponerse el casco nos puede salvar la vida. He sabido lo que es sufrir por no cumplir las reglas.
“Uno no se lo pone porque simplemente no nos da la gana, no porque incomoda”, sentenció.