Sucesos

Homicidio de joven embarazada fue resuelto con ayuda de serie de televisión que vio agente del OIJ

El agente del OIJ vio cómo en la serie usaban una sustancia que hoy en día es muy utilizada

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Un complicado caso de homicidio fue resulto gracias a que un investigador del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en su tiempo libre, estuvo viendo una serie policial, tipo CSI, y aprendió sobre algo maravilloso que estaban usando los detectives gringos para resolver algunos casos.

Se trataba de una sustancia llamada luminol, de la que se aliaban en la serie que veía el detective una noche de octubre de 1997.

El oficial, según se cuenta en el Boletín Judicial 29 de la Corte Suprema de Justicia, vio cómo los detectives gringos usaban ese líquido que después de echarlo permitía, en la oscuridad, detectar rastros de sangre y conocer la escena de un crimen.

El oficial, maravillado, les contó a sus superiores, quienes hicieron los contactos necesarios en Miami para conseguir el luminol y así empezaron a estudiar cómo funcionaba, meses después un homicidio les permitió experimentar por primera vez con la sustancia y llegar a una condena.

Sandra Lorena Fonseca Jiménez, de 18 años, era una joven vecina de Pueblo Nuevo de Sabalito, en Coto Brus, ella tenía tres meses de embarazo cuando desapareció. La última vez que sus familiares la vieron fue el 29 de junio de 1998.

Así informaron los medios el hallazgo.

Nadie se explicaba qué había pasado con ella si siempre estaba en su casa, su desaparición los llenaba de angustia. El papá de Sandra, Misael Fonseca, y su esposo, un hombre con el doble de su edad y de apellido Prendas, denunciaron ante las autoridades la desaparición.

La muchacha apenas tenía 10 meses de casada y la buscaron por todas partes, su marido solo decía que ella se había ido porque no había rastros, como si se tratara de un abandono de hogar, él insinuaba que ella lo había dejado.

En un pozo

A 100 metros de la casa de Sandra vivía don Giovanni Vega, a quien sus tres hijos le insistían que en un pozo de su propiedad había un olor a mortandad, pero este estaba sellado, por lo que él pensaba que era que algún animal estaba muerto allí. Mientras arreglaba una cerca de su propiedad decidió no esperar más y ver de qué se trataba.

Cuando Vega llegó el 22 de julio de ese año, con otras personas, a descubrir qué era lo que pasaba, abrió el pozo y metió unas cuerdas para ver si lograban agarrar al animal, pero lo que atraparon fue una mano por lo que se fueron a llamar a la Policía pues tenían miedo de que fuera Sandra, ya que era imposible para ellos que estuviera muerta tan cerca de su casa.

La Policía llegó al sitio y los agentes del OIJ tuvieron que enfrentarse al pozo de 27 metros de profundidad, incluso para poder meterse tenían que usar oxígeno. El rescate del cuerpo fue demasiado complicado porque se encontraba al fondo, le habían amarrado un saco lleno de piedras para que el cuerpo no flotara.

También encontraron joyas y ropa de la mujer, los agentes hicieron una zanja para sacar el agua del pozo, en todo momento el padre y el esposo de la mujer estuvieron en ese sitio. Ese día que la encontraron ella cumplía tres meses de embarazo.

Hasta ese momento el sospechoso para la Policía era el esposo de la mujer, porque el día en que ella fue vista por última vez, se escucharon golpes y gritos en la casa, situación que era frecuente, según contaron los vecinos a las autoridades.

Por aquella atrocidad ante la que estaban las autoridades, la Guardia Civil del Comando Sur detuvo a Prendas después del hallazgo.

La autopsia reveló, tres meses después, que Sandra tenía un balazo en la cabeza y varias puñaladas.

Prendas se mantuvo preso mientras el juicio arrancaba, el cual inició en julio de 1999 en los Tribunales de Corredores.

Cuando ya 17 personas habían dado su declaración sobre lo ocurrido y estaban en la etapa de conclusiones, los investigadores informaron que habían conseguido una sustancia que se llamaba luminol y que era indispensable utilizarla en este caso.

Para ese momento nadie sabia bien qué era, ni para qué servía, ni mucho menos cómo se usaba, pero ya con casi un año en el país, los agentes judiciales tenían toda la técnica porque sabían que sería un recurso de gran ayuda.

El luminol vuelve lo invisible en visible, este es un polvo compuesto por tres químicos que cuando se combinan se vuelven líquidos y permiten detectar sangre en un lugar, aunque haya sido limpiado.

Del luminol no se escapa nada, ni siquiera si el sospechoso pintó o alteró la escena, se logran ver desde huellas de zapatos, manos, señales de arrastre y donde hubo sangre de alguna víctima lo que permite a los expertos interpretar que ocurrió en una escena.

Los jueces, los fiscales y los agentes fueron hasta la humilde casita donde vivía la pareja, el 5 de julio a las 11 de la noche, pues se necesitaba que el lugar donde iban a usar dicha sustancia estuviera oscuro.

Luego de echar la sustancia pusieron unas luces ultravioletas y en cuestión de minutos se alumbraron varias partes de la casa, desde la cama matrimonial hasta el patio de pilas se pusieron fosforescentes.

Impresionados estaban todos los presentes porque el luminol les estaba indicando que esa era la escena del crimen.

El esposo había lavado varias veces la casa, pero de nada le sirvió porque la sustancia penetra de forma que no hay cómo no detectar donde hubo sangre.

Incluso, durante la prueba, lograron encontrar un trozo de la bala en una pared, misma que hirió a de muerte a Sandra. Todas esas pruebas se incluyeron en el expediente 98-200077-441-PE y el 7 de julio de 1999 los jueces condenaron a Prendas a 35 años de cárcel por el homicidio calificado de su mujer.

El hombre descuenta la pena en la cárcel de Pérez Zeledón y saldrá en libertad en el 2026.

Teja intentó comunicarse con los padres de Sandra, pero ya no viven en la zona donde fue asesinada su hija y nieta, sus vecinos aseguraron que hace años se fueron por el cruel crimen que aún es recordado por todos en la zona.

“Yo tenía dos años de vivir aquí cuando eso ocurrió, fue algo muy triste porque recuerda uno que los papás de la muchacha andaban preguntando por ella, la gente de la comunidad murmuraba que el hombre, el esposo, decía que la mujer se había ido, que lo había dejado, hasta que encontraron el cuerpo en el pozo que era muy profundo. Ahí los policías trabajaron horas de horas, había mucha consternación por lo ocurrido, nadie podía creerlo porque el hombre ese andaba con el suegro desesperado preguntando por la muchacha”, dijo Juan Luis López, vecino de Sabalito.

“Esa relación que tenía el hombre ese (sentenciado) era el segundo matrimonio de él, la muchacha estaba empezando a vivir y la gente comenta que los papás no querían que ella se casara con ese señor porque estaba muy niña, vea que ha pasado tanto tiempo, 26 años, y yo recuerdo con un profundo pesar al papá de esa niña cómo lloraba cuando la encontraron, ese era un momento desgarrador, yo no volví a saber de esa pareja nunca más, el papá del hombre ese (sentenciado) sí muchas veces estuvo muy triste por tal tragedia, lo que hizo su hijo y lo que le paso a la muchacha y al bebé que esperaba”, añadió el lugareño.

Ahora las autoridades judiciales cuentan con un moderno laboratorio en el Complejo de Ciencias Forenses y tienen con mejores técnicas en el uso del luminol. En La Teja consultamos al OIJ un aproximado de en cuántos casos al año se usa dicho recurso; sin embargo, tras 15 días esperando una respuesta, no contestaron.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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