Sucesos

Incendio dejó a San Roque sin "abuelita"

Investigan si candela encendida pudo ocasionar tragedia en Liberia

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Los vecinos del barrio San Roque, de Liberia, amanecieron con el corazón hecho un puñito pues su querida "abuela" murió al quemarse su casa.

Doña Marina Esmeralda Cortés Moreno, de 75 años, era conocida como "abuela" y "gatita". Ella vivía 75 metros oeste de los camerinos de la plaza de fútbol de San Roque.

A las 3:38 de la madrugada, los gritos de fuego...fuego...de los vecinos presagiaron que se avecinaba una tragedia.

La casa de Cortés estaba envuelta en llamas, los lugareños no pudieron hacer nada para rescatarla, incluso comentaron que tenían la esperanza de que alguno de sus tres hijos se la hubiera llevado a dormir a su casa.

Las unidades de bomberos tardaron 7 minutos en llegar y 15 más para apagar las llamas.

Fueron necesarias dos unidades extintoras y un tanquero. Incluso los bomberos sacaron un cilindro de gas de la casa de la víctima. Las llamas se iniciaron en la sala.

Después de una rápida revisión la triste noticia se confirmó. El cuerpo de la viejita fue encontrado en la parte trasera de la casa, entre la cocina y el cuarto de pilas, se presume que había tratado de escapar de su vivienda de 50 metros cuadrados.

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La "abuela" vivía solita. Aseguraron los vecinos que pese a que muchas veces sus hijos le habían pedido que se fuera con ellos, a ella le gustaba vivir sola.

Doña Yorleny García, una de las vecinas, estaba muy afectada por la muerte de doña Marina, pues aseguró que todos en el barrio la querían y la consentían muchísimo. Además aseguró que el fuego no les dio tiempo de nada.

"Ella era como de todos nosotros porque la chineábamos, era una señora muy dulce, nos dolió demasiado lo que le pasó, más que ella estaba tan solita en la casa. La "gatita" sufría de ataques de epilepsia y hace unos días había estado internada", relató García quien tenía ocho años de conocerla.

Otra de las que estaba muy afectada era doña Hilda Jiménez. Ella y doña Marina se conocían desde hace 30 años, además vivían a la par.

"Aquí todos le decían la abuelita porque ella siempre estaba sentada afuera de la casa, era muy dulce con todos, más con los chiquitos, la puerta de la casa siempre estaba abierta, era una persona que todos queríamos y por eso nos duele tanto", dijo Jiménez.

Doña Hilda aseguró que le extrañó no ver a Esmeralda, nombre con qué más la conocían, la tarde del viernes. Incluso un nieto la llegó a visitar ese día y no abrió y uno de sus hijos le tocó la puerta para darle unos melones y tampoco.

"Pensé que el hijo se la había llevado, porque ya había estado unos días con él, pero ella le insistió que se quería venir a la casa de ella. En la madrugada sentí como un olor a humo, la pared de mi cuarto da a la casa de ella, me extraño y me asomé por la ventana y fue cuando vi la casa envuelta en fuego, hacía demasiado viento, casi se nos quema la casa, el techo se dañjó, no le puedo explicar el dolor que sentí", dijo la vecina.

A la viejita se le había quemado el televisor y la última vez que doña Hilda compartió con ella fue el jueves que la invitó en la noche a ver las noticias porque le gustaban mucho. Era una mujer alegre, gracias a Dios la chineamos mucho", dijo.

El director de Bomberos, Héctor Chaves, comentó que todavía están investigando las causas del incendio junto con el OIJ, el fuego empezó en la sala, además indicó que la señora acostumbraba a tener muchas candelas encendidas.

Además este sábado en un charral en Boruca de Buenos Aires de Puntarenas murió un joven de 17 años.

Según informó bomberos, tenía el 75 por ciento del cuerpo quemado, él estaba quemando un terreno para limpiarlo con otros tres jóvenes cuando desapareció por lo que sus amigos llamaron a los bomberos.

Las autoridades desconocen si murió por el calor, la inhalación de humo o una caída.

Con los dos casos de este sábado a la fecha cinco personas han fallecido en incendios entre enero y marzo.


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