Hace una semana que José Marcelino Morán cumplió el sueño de comprarse un carrito nuevo para trabajar. Lamentablemente una inundación provocada por las lluvias de los últimos días estropeó esa meta alcanzada.

José Marcelino, vecino de la comunidad de Los Placeres, en Matina, contó que la tristeza tocó a la puerta de su casa, donde vive junto a su pareja –Rosa Rodriguez– y los dos hijos de ella. La madrugada del sábado el dique de Matina no soportó tanta agua y terminó cediendo. La inundación que le siguió a eso afectó la casa de la familia.

Cuenta José Marcelino que en cuestión de minutos el agua invadió toda la casita y tuvieron que salir nadando cuando el agua les llegaba al pecho. Llegaron a la casa de un vecino que tiene una segunda planta y allí se pusieron a salvo.

Afortunadamente toda la familia logró salir a tiempo, pero perdieron el Isuzu Hombre 1998 blanco.

“Cuando quise arrancarlo como que se bloqueó, la batería se volvió loca, simplemente no arrancó, pero el agua ya le llegaba por encima de las llantas”, dijo José Marcelino.

Don José añade que el agua casi tapó el carrito. Tuvo que tirarse al agua para amarrarlo a un poste pues la corriente ya lo estaba moviendo.

“Me costó tres millones ochocientos mil colones. Vendí un carrito que tenía para comprar este pick up para trabajar como taxista y jalar cosas”, dijo.

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Duro golpe

Después de todo el esfuerzo y el ahorro que hizo para comprar el carro, la llegada de la inundación fue un golpe muy duro para Morán y para su familia. Con el pick up llegó la esperanza de ganar un poquito más de plata para llevar al hogar.

El golpe para este humilde taxista es también en lo económico. Un mecánico le dijo ya cuánto le costaría el arreglo.

“Me dijo que se le fue la computadora y otras cosas, hizo una valoración y me dijo que, más o menos, era millón doscientos mil colones”, añadió.

Otra de las cosas que tiene agüevado a don José es que su jefe sacó un préstamo para ayudarlo a comprar el carro. Ahora debe sumarle a eso el costo del arreglo.

Aún en medio de la pérdida y la tristeza don José dijo que él está seguro de que Dios tiene un propósito para todo y confía en que lograra levantarse y seguir para adelante.

Sustazo con perritos

Doña Rosa, la pareja de don José, contó que ella también se llevó un tremendo susto con la inundación, sobre todo por la preocupación que sintió por su hijo Manfred Cruz, de 10 años, y sus dos perritas “Betty” y “Flaca”.

Rodriguez dijo que el agua la tomó por sorpresa cuando ella estaba haciendo el desayuno. Dice que en los 20 años que tiene de vivir ahí nunca había vivido una inundación tan brava.

Recuerda que minutos estaban con el agua por el pecho y único que acató a hacer fue ir por su pequeño hijo, quien estaba llorando al ver que todo su cuartito estaba inundado. Afortunadamente la situación no pasó de ser un susto.

El susto más grande se lo llevó con las dos perritas de la casa pues, según doña Rosa, poco les faltó para morir electrocutadas.

“Como el agua subió tanto las perritas se subieron a un sillón para no ahogarse. Yo enrollé una regleta que tenemos cerquita del techo, pero esta se cayó al agua entonces se hizo como un cortocircuito. La pequeñita logró salir más rápido, pero a la otra (Flaca) le costó más”, contó.

Doña Rosa dijo que en ese momento pensó que “Flaquita” se le iba a morir porque se retorcía, pero después de chinearla reaccionó y sigue con ellos.

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Cuentan en la familia que como la situación se dio tan rápido no lograron rescatar casi nada, solo una pantalla y un poco de ropa que esperan les aguante un par de días más.

Doña Rosa explico que, de momento, no tienen planeado ir a un albergue. Pese al montón de agua su casita está entera. Lo que sí necesitan es ayuda en cuanto a alimentos y artículos de aseo personal.