Joven al que atropello dejó en silla de ruedas a los 7 años: “Sí se puede salir adelante”

Arturo Mejías Madrigal asegura que por más duras que sean las pruebas que la vida nos ponga, sí se puede salir adelante.

Turi, como le dicen sus amigos, fue víctima de un accidente el 9 de abril del 2002, cuando apenas tenía siete añitos.

Vivía en San Carlos e iba a ir a jugar bola con su hermano, cuando frente a la Universidad Católica en Ciudad Quesada una conductora perdió el control del carro, se metió a la acera y lo atropelló.

Las lesiones fueron tan graves que Arturo estuvo 15 días en coma y después de despertar recibió una noticia durísima para un niño de su corta edad.

“El accidente me provocó una paraplejía completa, yo no puedo caminar y soy usuario de silla de ruedas desde ese momento, hace ya casi dieciocho años”, contó Mejías, de 25 años.

Este valiente asegura que en su mente de niño pensaba que no iba a poder jugar bola, ir a la escuela ni hacer cosas que, para su edad, eran importantes.

“Es muy duro adquirir una discapacidad porque se transforma todo el contexto. ¿Cómo hice?, no lo sé, Dios ha sido un factor en mi vida, pero a esa edad yo entendí que si yo quería seguir adelante iba a poder y si quería quedarme estancando, solo dependía de mí. Esto es algo que toca, como yo le decía a una amiga, porque la vida no da otra opción”, dijo.

Aunque su familia le ayudaba con pasar los cuadernos y hacer las tareas de la escuela, su hermano mayor un día le dijo que ya era hora de que volviera a la escuela, ese fue uno de los momentos que según nos contó, más lo marcó.

“Cuando llegué a la clase mis compañeritos estaban orando para que Turi volviera a la escuela y eso me marcó tanto, hasta la fecha y me cargó de tanta fuerza para enfrentar la vida y también a una sociedad que no está lista para esto”, dijo.

Arturo se propuso a salir adelante, empezó estudiando medicina, pero tiempo después se pasó a estudiar derecho y parece que fue una buena decisión porque dice que le encanta.

Actualmente trabaja en la parte de mercadeo y monitoreo en la Marina Pez Vela en Quepos y todavía está estudiando en la U.

Además tiene 13 años de ser voluntario en la Cruz Roja, trabaja con niños y adolescentes en temas de prevención. Hace nueve meses comparte la vida con su pareja Estivaliz Salazar Ceciliano.

Él nos contó que hace tiempo fue a buscar a la conductora que lo atropelló para decirle que la perdonaba y ella le aseguró sentir mucha paz.

“Para todas las personas que están pasando por cualquier momento o proceso difícil, es un poco trillado, pero sí se puede salir adelante, si se quiere, si se determina y se lucha, todos llevamos cicatrices unos por dentro y otros por fuera, solo le puedo decir que luche, no se deje, hay muchas maneras de salir adelante, si no cree en Dios existen muchas otras personas que le van a ayudar, ame a sus familiares, respete a su familia, si no tiene a nadie, ámese usted mismo”, dijo el valiente.

Este joven asegura que le ha tocado formarse a palo, a punta de dolor y de llanto, pero no está dispuesto a mirar atrás, si no hacia adelante.

“Dios me ha mirado con bondad”, concluyó.