Sucesos

Joven embarazada que desapareció estaba enterrada en un cementerio, una historia que nadie olvida

La mujer tenía siete meses de embarazo cuando fue reportada como desaparecida. El hallazgo y crimen estremeció al país

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Durante más de una semana, una casa en la ciudadela López Mateos, en San Sebastián, permaneció cerrada. Nadie entraba ni salía. Los vecinos comenzaron a notar el inusual silencio. Adentro, se gestaba uno de los casos criminales más estremecedores que recuerde el país.

Los años han pasado, pero para muchos vecinos del sur de la capital y de Cartago el recuerdo sigue intacto.

La noche del 3 de noviembre de 2004, la mamá del dueño decidió entrar.

Crimen López Mateo
El hallazgo de la mujer fue muy doloroso. Imagen creada con Gemini para fines ilustrativos (Grupo Nacion/Cortesía)

En el baño de la vivienda fue hallado el cuerpo de un hombre de apellido Handal, de 33 años, con una herida en la cabeza. A su lado, una escopeta.

El hallazgo fue realizado por su madre, quien días antes había acudido al OIJ para reportar que no sabía nada de su hijo. Con ayuda de un cerrajero y oficiales de la Fuerza Pública, decidió entrar a la casa que era de su propiedad.

Handal llevaba varios días muerto. Pero su fallecimiento no fue lo único que encendió las alarmas.

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Las autoridades encontraron el feto y un corazón. Fotos Archivo GN (Grupo Nacion/Cortesía)
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Una casa en Cartago también fue allanada. Fotos: Archivo GN (Grupo Nacion/Cortesía)

“Cuando él desapareció, sus familiares estuvieron preguntando, hasta que al muchacho lo encontraron muerto, pero de la esposa de él no se sabía nada, unos decían que lo había dejado, otros que se había ido del país a Nicaragua, pero aquello era incierto porque ellos eran reservados”, recordó Flor Solís, vecina de la comunidad desde hace más de 40 años.

Los últimos vecinos que observaron a Handal aseguraron que estuvo subido haciendo algún arreglo en el techo de la casa.

La esposa de Handal era Teresa Marbel Pineda Romero, una mujer nicaragüense de 26 años, con siete meses de embarazo, quien también había sido reportada como desaparecida. De ella no se sabía desde el 29 de octubre.

En la López Mateo, los vecinos la habían observado entrar y salir de dicha casa con frecuencia, pero no en los días previos a la desaparición.

Handal y Teresa se casaron el 12 de febrero del 2004, en vísperas del Día del Amor y la Amistad, él tenía colgado en la sala de su casa el certificado de matrimonio.

Crimen López Mateo
El feto tenía siete meses de gestación. (Grupo Nacion/Cortesía)
Crimen López Mateo
Los vecinos de la López Mateo no olvidan el sangriento hecho. (Grupo Nacion/Cortesía)

La denuncia fue presentada por su madre, Francisca Romero, quien no volvió a ver a su hija desde finales de octubre. Teresa había salido de la casa donde se hospedaba en Cartago rumbo a visitar a su madre en Aserrí. Nunca regresó.

El capitán Gonzalo Varela, delegado cantonal de Pacayas, fue quien dio con el hallazgo. Foto: Archivo

Teresa trabajaba en una soda del mercado Central de Cartago, sus compañeras planeaban realizarle un té de canastilla.

Todas las personas a las que las autoridades consultaban sobre ella aseguraron que era responsable, callada y trabajadora, y aunque estaba nerviosa porque esperaba a su primer hijo, también tenía mucha ilusión.

“Lo que había pasado tenía a todo mundo en suspenso porque decían que en la casa encontraron sangre, rastros y que de la muchacha ya habían pasado muchos días sin saber nada”, dijo Solís.

En la casa de la López Mateos, los agentes del OIJ encontraron rastros de sangre, mechones de cabello largo y tierra removida en el patio.

Handal tenía poco más de tres años de vivir en ese sitio y las pocas veces que habló con alguien, había contado que era estudiante de medicina, de hecho en su casa encontraron algunos libros.

Además, al parecer, tenía gran ilusión por el matrimonio, según data en el periódico Al Día, pues en algún momento colocó una anuncio en la panadería de la López Mateo diciendo que buscaba esposa.

Las sospechas crecieron.

Ricardo Brenes Aguilar tiene 23 años de chinear la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en el mercado de Cartago
La víctima trabajó en el mercado de Cartago en una de las soditas. (Cortesía Municipalidad de Cartago/Cortesía Municipalidad de Cartago)

Handal tenía al menos tres propiedades, que ocupaba de manera intermitente entre San José y Cartago. La investigación se amplió a una casa en el residencial El Molino de Cartago, donde residían sus padres.

Francisca Romero, madre de Teresa, apenas podía sostenerse en pie. Ocho días sin dormir, recorriendo barrios, oficinas y delegaciones policiales, buscando a su hija.

“Que la encuentren”, era lo único que pedía la señora según los medios de aquel momento.

Durante los días siguientes, agentes judiciales localizaron un corazón y el feto en el patio de una de las viviendas vinculadas a Handal. El caso tomó un giro aún más grave cuando la búsqueda se trasladó al cementerio de Pacayas, en Cartago.

Allí, a pocos metros de la bóveda familiar donde había pedido un día ser sepultado Handal, se descubrió una tumba improvisada. Bajo tierra y, a menos de un metro de profundidad, yacían los restos de Teresa Marbel Pineda.

El entonces jefe de la delegación policial, Gónzalo Varela, fue quien encontró los restos luego de notar el montículo de tierra y decidir excavar.

El funeral de Handal fue suspendido de inmediato. El criminólogo Gerardo Castaing recuerda el caso.

“Me acuerdo porque se hizo una exhumación, no estaba en una fosa, sino a la par de una tumba, llevaron a unos compañeros del departamento de Ciencias Forenses”, comentó el exagente del OIJ.

Según la reconstrucción del OIJ, Handal habría asesinado a Teresa, ocultado partes del cuerpo en distintas ubicaciones y posteriormente trasladado el resto en un carro hasta el cementerio de Pacayas, donde lo enterró clandestinamente cerca de la fosa familiar. Días después, regresó a su casa en la López Mateos y se quitó la vida.

El móvil principal, según los investigadores, habría sido por celos y conflictos relacionados con el embarazo, pues Handal sospechaba que el hijo que esperaba Teresa no era suyo. Aunque él sabía que era la única pareja de ella.

Las personas que conocían a Handal lo veían como una persona violenta, errática y con antecedentes psiquiátricos. Había sido internado en varias ocasiones en el Hospital Nacional Psiquiátrico y existían denuncias previas por agresiones tanto a su mamá como a Teresa.

Una de las personas que conoció a Teresa en el mercado y que solo se identificó como Marlen, relató que Teresa era una mujer sencilla, pero que en su silencio demostraba no solo miedo, sino también preocupación y angustia.

“Ella era demasiado joven y estaba metida en una relación muy complica, él no quería que nadie le hablara, ni que nadie la viera, él la quería solo para él, mucho menos que trabajara. Ella trató de dejarlo, mucha gente le dio consejos, pero la buscaba, la llamaba y ella volvía a confiar, pese a que ya ella muchas veces había elegido irse de esa relación y volver a empezar con su hijo”, recordó la mujer.

Añadió: “Fue muy impactante cuando se perdió, el ver a su mamá que no dejaba de pedir ayuda para encontrarla, ella era una muchacha buena, fue demasiado impactante saber que la mató y que además hubo tanta crueldad no solo con ella, sino con el bebito, he tratado de recordar cómo era que se iba a llamar, pero no lo logro”.

Teresa llegó a Costa Rica siendo muy jovencita.

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Teresa Pineda era nicaraguense. (Grupo Nacion/Cortesía)

“Tenía como entre 10 y 12 años de vivir aquí, un trabajo digno, y lo más duro e impactante de esto es que bueno, a uno nunca se le olvida, pero además es que es algo que año a año se sigue repitiendo, porque creo que todos conocemos a una mujer que sufre o ha sufrido violencia y la verdad están solas porque no se les da la ayuda necesaria, esos hombres se creen sus dueños”, dijo.

En la comunidad de la López Mateo, aunque han pasado 21 años de la desgracia, quienes no olvidan lo ocurrido.

“Eso es algo difícil de borrar de la mente, no le voy a engañar, cuando uno pasa por ahí o escucha de alguien que fue asesinado, no olvida el rostro de la madre de ella tan afectada porque le arrebataron su muchachita”, dijo Flor.

En el 2019 la policía allanó la casa por un nuevo caso. (Jeffry Zamora)
La casa ubicada en San Sebastián trae mucho dolor a los vecinos de la comunidad. Foto Jeffry Zamora (Jeffry Zamora)

Añadió: “Pero también la familia del hombre sufrió, al final quedaron dos familias sufriendo porque para ambas fue doloroso, y aunque ellos no tenían nada que ver, la familia de Handal fue muy juzgada y marcada por eso, huellas que no se logran borrar”.

En el 2019, la casa donde encontraron a Handal fue allanada luego de que una joven denunciara que su padre aparentemente violó de ella en dicho inmueble, por lo que nuevamente fue escenario por otro delito.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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