Sucesos

Joven que perdió la mitad de su cerebro en accidente necesita un abrazo solidario

Carlitos fue embestido por un carro cuando viajaba en moto a su casa hace ocho años y desde entonces está en una cama

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Carlos Alberto Cerdas Pérez, de 28 años, perdió la mitad de su cerebro en un accidente de tránsito hace ocho años y desde entonces se encuentra en estado vegetativo.

Él y su madre, doña Marlen Pérez Esquivel, conocida como Marlene, necesitan apoyo para seguir haciéndole frente a la dura situación que les ha tocado vivir.

La señora nos contó que han sido años de mucho dolor por ver a su hijo así, de sacrificio y también de angustia; sin embargo, ella agradece al cielo por tenerlo a su lado.

Carlitos vive en La Katira de Guatuso, en Alajuela, camino a Upala.

El día del accidente, el 14 de marzo del 2014, él manejaba una moto y había salido de la casa de su hermana pocos minutos antes de la tragedia.

Iba con una mujer que sobrevivió al incidente pese a que resultó herida.

“El accidente fue en Colonia, carretera a La Katira. Mi hijo iba por una callecita secundaria, pero se detuvo y en ese momento, según cuentan los testigos, el carro los embistió. Hay quienes dicen que se los llevó arrastrados unos 150 metros. El conductor estaba tomado y pasaron situaciones muy complicadas porque el reporte del accidente no aparecía, además de otras cosas que no nos ayudaron para que realmente se hiciera justicia”, dijo la mamá.

Ella recuerda que a su hijo lo llevaron al hospital en estado crítico, con múltiples lesiones cerebrales.

“Mi hijo se complicó muchas veces en el hospital, el doctor me decía que me despidiera y que tuviera todo listo porque él no se iba a salvar, que yo tenía que ser fuerte porque no había nada qué hacer. Yo le dejaba todo a Jehová en sus manos, pero le decía que me permitiera tenerlo por más tiempo conmigo, nueve veces tuvieron que operarlo”, contó.

La principal lesión del muchacho fue en la cabeza, algunos testigos dijeron que el joven no llevaba casco, pero eso nunca se pudo corroborar de manera oficial.

“El doctor me dijo que le sacaron medio cerebro, una masa, así me lo dijo, y que iba a quedar en estado vegetativo, que no iba a tener ningún avance en su recuperación y así es, pero yo todos los días lo cuido con amor y con esmero. Lo asisto a tiempo completo”, dijo.

Para doña Marlene ha sido muy duro porque no puede trabajar, ya que debe estar al lado de Carlitos, tiene que bañarlo, alimentarlo por sonda y estar cambiándole el pañal y moviéndolo.

La señora contactó a la Fundación RN pues vio en La Teja las historias de dos jóvenes que recibieron apoyo después de que Glenda Calderón, presidenta de dicha organización, nos contó sus casos, pues asegura que se ha sentido muy agobiada y su muchacho necesitaba una cama especial en la que pueda sentarlo y acostarlo, además para la alimentación que es bastante costosa.

La señora padece de fibromialgia y escoliosis. Además, no tienen casita propia, pagan alquiler.

“Es una situación muy dura la que vive la familia de Carlitos, son personas humildes que necesitan un abrazo de solidaridad cargado de apoyo para seguir adelante. Doña Marlene es una mamá que está dando todo por su hijo, que no se da por vencida, pero necesita un respiro, y es por eso que necesitamos de la ayuda de muchas personas para que por un tiempo ellos puedan darle a Carlos todo lo necesario para que tenga calidad de vida, él es un milagro”, dijo Calderón.

Gracias al trabajo de la fundación, Carlitos esta semana recibió la cama, pero necesitan galletas María, verduras, frutas, pollo y carne molida, atunes, lentejas y garbanzos que es lo que debe de comer por medio de la sonda, además de pañales talla M, toallitas húmedas y Ensure.

”Yo de todo corazón agradezco la ayuda que me puedan dar para mi hijo, yo le pido mucho a Jehová poder seguir cuidando de él”, dijo.

Está mamá nos contó que judicialmente no fue mucho lo que se pudo hacer porque para ella hubo mucha corrupción en la investigación, pero dice que ya no se preocupa por eso pues todo lo dejó en manos de Dios.

“Me duele mucho lo que pasó, no es porque sea mi hijo, es porque él era sano, bueno, no tenía vicios, era casero, le encantaba ver tele, fábulas, estudiaba la Biblia conmigo, era educado y amoroso, me ayudaba mucho, él estudió hasta quinto grado de la escuela porque yo no le pude ayudar más que eso, y él trabajaba como jornalero en el campo conmigo”, comentó Marlene.

Si usted desea ayudar a Carlitos puede comunicarse al número de la fundación 6230-7471, también puede ayudar por SINPE móvil a ese mismo número.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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