Uriel Díaz Rodríguez, de 27 años, es de esas pocas personas que estuvo cara a cara con la Pelona y sobrevivió para contarlo.
El joven aseguró que la muerte estuvo a punto de llevárselo luego de un terrible accidente de tránsito, pero de último momento Dios lo eligió para que siguiera viviendo y disfrutando de su familia.
“Tengo un agradecimiento increíble hacia Dios porque no es cualquiera el que sale de una situación así, solo los que son escogidos por Él lo logran”, dijo.
La vida de Uriel, quien es vecino de La Rita de Pococí, en Limón, cambió para siempre la mañana del viernes 17 de agosto de 2018.
Ese día el joven salió de su casita con la esperanza de regresar horas después con un trabajito como guarda de seguridad privada, pero la tragedia se interpuso en su camino.
“Yo iba hacia San José a una entrevista de trabajo en La Sabana y tuve un accidente, porque al parecer por un mal adelantamiento mío choqué de frente contra un camión en Río Blanco de Guápiles. Eso es lo que se ve en el video de una cámara porque yo no me acuerdo de nada”, explicó.
Toda la parte delantera del carro de Díaz quedó completamente despedazada, por lo que él quedó atrapado entre las latas. Los bomberos tuvieron que trabajar por 30 minutos y cortar el techo de su chuzo para rescatarlo.
“De ahí me llevaron en helicóptero hasta San José porque ellos (paramédicos) no creyeron que yo fuera a llegar con vida, por dicha me pudieron llevar al hospital Calderón Guardia”, recordó.
Difícil despertar
Uriel contó que las lesiones que sufrió en el choque fueron tan graves que los doctores tuvieron que ponerlo en un coma inducido, por lo que cuando despertó no recordaba nada.
“Le pregunté a mi mamá qué había pasado y me dijo que tuve un accidente, le pregunté por el carro y ella dijo que no le había pasado nada, pero cuando vi las fotos descubrí que quedó completamente despedazado.
“Cuando vi esas fotos lo único que pensé es que Dios es muy bueno, porque incluso mi familia no creía que yo fuera a salir vivo de ese accidente, es que fue demasiado fuerte”.
Uriel se quebró las dos piernas, tuvieron que ponerle pines para sostener los huesos. La peor parte la llevó la pierna derecha.
“Ha sido un proceso bastante largo porque hasta el momento me han hecho cinco operaciones y ahí voy, ya caminaba un poco con bastón, pero hace como tres meses me hicieron una operación donde me recortaron 8 centímetros del hueso de la pierna derecha porque no me había soldado bien”, contó.
Uriel aseguró que la fuerza para seguir adelante la ha encontrado en Dios, en su esposa y en su hija de 3 añitos, quienes lo motivan a diario para que no se deje vencer por las adversidades.
“Ha sido muy difícil, yo no sé ni cómo describirle los dolores por los que he pasado y posiblemente pasaré, pero por encima de todo eso yo vivo agradecido con Dios por esta segunda oportunidad”.