Juan Carlos Bolaños pasará un fin de año muy cómodo

Juan Carlos Bolaños, el empresario protagonista del cementazo, pasará un fin de año muy cómodo y relajado, pues en lugar de tener que compartir con otros reos de San Sebas, donde estaba, se la va a tirar rico en una cárcel llena de comodidades.

Luego de estar internado desde el pasado domingo 24 de diciembre, día en que fue operado debido a una lesión en un ligamento en su rodilla derecha, a las 9 a.m. de este viernes Bolaños salió de la clínica Unibe, en Tibás, custodiado por personal de la Policía Penitenciaria.

La sorpresa fue que el empresario no fue llevado de vuelta a San Sebas, donde ha estado cumpliendo tres meses de prisión preventiva (8 de noviembre al 8 de febrero), sino que una buseta lo llevó hasta la cárcel más moderna del país, la Unidad de Atención Integral (UAI) Reynaldo Villalobos, a un costado de La Reforma.

“A él ya se le dio de alta en la clínica y ya lo movilizamos a la unidad Reynaldo Villalobos, esto debido a que hay una recomendación específica de medicatura forense, en la cual se pide que sea ubicado en un lugar donde no hayan barreras arquitectónicas que puedan provocarle un accidente”, explicó Mariano Barrantes, director de Adaptación Social.

Lujo de tabo

El centro en el cual Bolaños llevará su recuperación es un chuzo de cárcel al más puro estilo gringo, pues en esta unidad (de 10 mil metros cuadrados) hay una cancha de fútbol, una cancha multiusos, área de pesas y muchos espacios al aire libre para que los reos se relajen y hasta se puedan asolear.

Uno de los grandes beneficios que tendrá el cuestionado empresario es que ahora podrá estar casi que todo el día afuera de su celda, pues puede estar al aire libre de 7 a. m. a 6 p. m., no como en San Sebas donde apenas le daban dos horas de “recreo”.

Bolaños también se olvidará de chocar con otros reos o estar hecho un puño por el hacinamiento, ya que además de tener una celda más grande de lo común, el centro Reynaldo Villalobos, inaugurado en julio de este año, apenas sobrepasa la mitad de su capacidad máxima de 700 reos, pues de momento hay 360.

Además de todas estas comodidades, la unidad especial cumple con todos los requisitos de la ley 7600, por lo que el empresario podrá andar tranquilamente en su silla de ruedas sin el temor de pegar con algo y que se le inflame la rodilla derecha.

No se quita el tiro

El director de Adaptación Social enfatizó que esto no significa que Bolaños no volverá a poner un pie en San Sebas, pues una vez que su recuperación concluya y los médicos del sistema penitenciario, así como el especialista en ortopedia le den de alta sería enviado otra vez al sur de Chepe.

El empresario fue enviado a cumplir tres meses de prisión preventiva desde el 3 de noviembre, por lo que la medida vence el próximo 4 de febrero, a menos que el Ministerio Público solicite una extensión de la medida y esta sea aceptada por el Tribunal Penal que lleva el caso.