Las privadas de libertad del Centro de Atención Institucional Vilma Curling (antiguamente llamado El Buen Pastor) celebraron el Día Internacional de la Mujer y hasta presentaron una obra teatro.
Los funcionarios del Ministerio de Justicia aprovecharon la ocasión para reconocer que aún tienen mucho trabajo que hacer por las mujeres en las cárceles.
“Parte de lo que reflexionamos cada 8 de marzo es todo lo que falta por hacer para construir una sociedad más igualitaria, donde las mujeres tengan condiciones de mayor igualdad. La responsabilidad del Estado es también para quienes están en las cárceles, para quienes están ahí fruto de una sociedad profundamente inequitativa, generando oportunidades para que puedan salir en mejores condiciones, a pesar de la dureza del sistema penal”, dijo el ministro de Justicia, Marco Feoli.
El jerarca reconoció que las necesidades de las reas son muchas y que los esfuerzos hechos aún no son suficientes.
“Finalizaremos esta gestión convencidos de que hemos hecho lo correcto, pero que faltan muchísimas cosas por mejorar y que ustedes tienen derecho de que el Estado responda con urgencia, pero también con perspectiva de género”, dijo Feoli.
En la actividad participaron el ministro de Justicia y Paz, Marco Feoli; Isabel Gámez, directora del Programa de la Mujer y Antonio Barrantes, director del centro penal.
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Entre los esfuerzos que el ministerio destaca, están el haber impulsado una ley que borra los antecedentes penales para obtener empleo, así como la ley de las penas de utilidad pública, o sea, que los delitos se paguen con trabajo comunal.
"Se creó el nuevo reglamento para la atención penitenciara, la aplicación de los mecanismos electrónicos de seguimiento, se impuso el proyecto que obliga a los jueces a valorar la condición de vulnerabilidad y el proyecto del nuevo centro penal para mujeres", aseguró Justicia.
Durante la actividad, las privadas de libertad le dieron un reconocimiento a la labor de la exministra de Justicia Cecilia Sánchez, ahora directora del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente.
“Para mí ha sido un honor estar acá hoy y, al igual que don Marco, les pido perdón. Les pido perdón porque son tantas las cosas que hay que cambiar en el sistema penitenciario en general. En particular, en el caso de las mujeres privadas de libertad, los pocos años de gestión resultan insuficientes. Ojalá tuviéramos la oportunidad de que este proceso continuara y se alcanzaran todas las metas que nosotros no pudimos conquistar y asegurarnos de que les corresponda el don más preciado: la libertad. Y que las condiciones de encierro sean cada día menos dolorosas”, dijo doña Cecilia.