Sucesos

Limones y una flor de itabo desataron la furia de un hombre que acabó con el amor de una pareja

Víctimas fueron atacados a machetazos cuando iban a trabajar a una finca

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El amor que se profesaba una pareja y que era admirado por muchos cuando los veían caminar por las calles y las fincas de Pejibaye, en Jiménez de Cartago, no pudo ser separado ni siquiera por la muerte.

Isabel Carvajal Díaz de 33 años, y Óscar Eduardo Brenes Brenes, de 36, quedaron flechados, apenas se conocieron. Ellos tenían 11 años de mantener una relación.

Doña María Zamora, quien era amiga de Isabel, dice que a pesar de que el tiempo ha pasado, ella no la ha olvidado, por lo que cada vez que la piensa, la embarga un sentimiento de tristeza.

Ella nos contó que en el pueblo la gente admiraba la relación que tenía la pareja porque siempre se les veía juntos y felices, quienes estaban cerca de ellos, respiraban el amor que se profesaban.

“Ella se desvivía por cocinarle a Óscar y él por siempre llevarle las flores más lindas que se encontrará en el campo, era muy bonito porque parecía estar viendo en ellos, una película romántica de esas de antes”, dijo Zamora.

El 3 de mayo del 2002, la tragedia sacudió al pueblo. Ese día, en la mañana, Isabel y Óscar fueron vistos con su yegua cuando subían una pequeña trocha por la finca La Veinte. Ellos se dirigían a la finca de Manuel Corrales, un señor que con frecuencia les daba trabajito.

Pasadas las seis de la mañana, seis mujeres que andaban haciendo ejercicios se encontraron los cuerpos de dos personas que fueron macheteados, aquella escena era de terror. Ellos estaban a dos metros uno de otro.

Las víctimas eran Óscar e Isabel, él tenía machetazos en muchas partes de su cuerpo y más de 20 heridas. Su brazo izquierdo le fue prácticamente amputado.

Mientras que su amada trató de proteger su vida y puso los brazos como un escudo, pero uno de los filazos la alcanzó en el cuello.

Ellos no pudieron defenderse del brutal ataque, el machete de Óscar quedó tirado cerca de su cuerpo y estaba envuelto en un saco de gangoche.

“Ella tal vez pudo salvarse si hubiera corrido, pero ella jamás lo hubiera dejado solo, porque siempre decía que si a él le pasaba algo, ella se moría, ella hubiera soportado lo que fuera. Ella siempre decía que él era el amor de su vida, que el tiempo que llevaban juntos les había permitido ser muy felices, aunque tuvieran carencias económicas”, dijo Zamora.

La noticia del asesinato corrió por todo el pueblo, los vecinos estaban fríos por todo lo que escuchaban, pero el sospechoso, de apellido Mata, llegó solito hasta la delegación policial para contar que había sido víctima de un robo y que al defenderse dejó a unas personas heridas.

El machete de 28 centímetros con el que los atacó lo puso en el mostrador de la delegación y su ropa estaba teñida de sangre, por lo que de inmediato lo detuvieron.

“¡Me robaron, me robaron! Tuve un pleito a machete con dos personas”, gritaba el sospechoso, mientras lo llevaban a la Fiscalía de Turrialba.

Los oficiales fueron a verificar lo que el sospechoso les había contado. Incluso, él les dijo después que no estaban heridos, que estaban muertos porque les había dado un machetazo en el cuello. Uno de los más impactados al ver los cuerpos fue Martín, hermano de Óscar, quien era el jefe de la delegación policial en esa comunidad.

En aquel entonces, él les aseguró a los medios que Mata había acusado varias veces a su hermano de robarle verduras y también químicos y que incluso, en algún momento, se presentó en la casa de su hermano para reclamarle, pero no logró encontrar nada.

Óscar reconoció que ambos hombres se odiaban a muerte.

Para los vecinos, un supuesto robo no podía ser la razón para actuar con tanta crueldad.

“El señor que se llegó a entregar era una persona trabajadora y la víctima también, ambos eran conocidos en la comunidad y por eso nadie podía entender lo que ocurría”, dijo María.

Sin embargo, existía la versión de que tenían problemas personales porque uno creía que el otro había mejorado en su trabajo, ya que ellos laboraban en fincas vecinas e incluso ya se habían peleado en un bar.

Lamentablemente, las acusaciones del sospechoso llegaron a su límite por culpa de una flor de itabo y varios limones, que según Mata, Brenes se había robado ese día.

“Hasta la fecha, unos cuantos limones y una mata grande de flor de itabo sería el motivo que detonó la discusión y el crimen de la pareja. El ataque ocurrió a un kilómetro y medio del pueblo, pero además se robó la paz de sus pobladores y dejó a tres familias con un gran dolor. Nadie quiere que le roben en su finca, ni que se le lleven nada, pero algo así es una tragedia, eso se fue más allá de una discusión”, dijo José Rafael Corrales, allegado de Óscar.

Don José asegura que él siempre ha pensado que existió algo más que originó el doble homicidio.

“En esos años la gente siempre regalaba frutas y verduras en las fincas, se compartía. Es más, aquí se ve eso todavía, yo le llevo al vecino unas cosas y él me da otras, pero para mí, había mala voluntad entre ellos. Óscar no era un hombre jodido, él quería hacerse una casita y comprar ganado en el futuro para que él y la muchacha estuvieran mejor. Él no le tenía miedo a nada, era un hombre de palabra, un buen amigo, la verdad que a mí me da mucha tristeza lo que les pasó y lo mucho que me hacen falta.

“En un momento se dijo que todo fue porque Óscar metió un ganado a comer en la finca del agresor y eso lo enojó, pero eran puras versiones de la gente que habla por hablar, sin importar el sentir de las familias”, dijo.

Detenido

Mata fue detenido por los asesinatos y durante un año se mantuvo en prisión preventiva, mientras la investigación avanzaba y se conseguían las pruebas suficientes para llevarlo a juicio.

Mata fue condenado a 30 años de cárcel, el 31 de octubre del 2003, por los jueces Juan Carlos Pérez, Adela Sibaja y Miriam Sandí.

El debate, que contó con 14 testigos, se realizó en el Tribunal Penal de Cartago.

Aunque los allegados y familiares de la pareja esperaban que la sentencia fuera mayor, el hecho de que el agricultor se entregó a la policía permitió que el delito por el que lo sentenciaron fuera por homicidio simple y no calificado.

Los abogados de Mata se encargaron de apelar la sentencia, sin embargo, la Sala Tercera ratificó en octubre del 2004 la pena por 30 años que debía descontar en la cárcel de Cocorí. En uno de los recursos de apelación, el hombre trató de hacer ver a los jueces que actuó por una emoción violenta, sin embargo, los magistrados indicaron que no fue así, luego de analizar las pruebas.

El hombre aseguró que la víctima trató de embestirlo con la yegua y que sufrió una especie de amnesia, pero pese a eso logró contar lo ocurrido.

“Tenemos, como primer aspecto, que en lo relativo al robo de los limones, este indicó, que era un problema que sucedía desde hace unos quince años, el cual había terminado por aceptar. Como segundo elemento, al ser cuestionado, si al momento de la discusión que dice sostuvo con el occiso Brenes Brenes, se pudo haber apartado y proseguido su camino, indicó que sí, determinaría entonces que ello no dio base para su reacción.

“Por último, y si como punto central de lo que infirió lo hizo caer en un estado de amnesia, fue el verse acometido por el caballo, ante la acción del occiso de talonear, tendríamos que, a criterio del Tribunal, ello no resulta ser de la gravedad requerida, para que este último perdiera los frenos inhibitorios”, se lee en uno de los fallos de apelación de la sentencia.

Mata fue examinado por un sicólogo y un siquiatra y omitió contarles algunos hechos para acreditar su defensa, lo que sí quedó claro fue su frustración por los roces que tenía con la pareja.

Mata ya descontó la pena por ambos homicidios, según el Tribunal Supremo de Elecciones hizo su vida en San José.

“Han pasado 21 años, pero el recuerdo sigue fresco. Uno piensa en todo, en qué pasó con el sentenciado, en cómo siguieron las familias con sus vidas después de esas ausencias, y en un montón de dudas más, cómo sería la vida de Óscar e Isabel ahorita. Una tragedia así desata muchos sentimientos, sé que los hermanos de Óscar lo siguen recordando con mucho dolor”, dijo Zamora.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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