Kimberly Retana Moya, de 25 años, desea conocer a los “ángeles” que la ayudaron durante el parto de su bebita Nazareth, quien nació la tarde de este Domingo de Resurrección en la playa de Caldera, Puntarenas.
Esos ángeles fueron cuatro socorristas, una enfermera y un técnico de emergencias médicas de la Cruz Roja; además dos oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas que, por cosas del destino, se encontraban cerca de ella cuando empezó a sentir contracciones.
“Me gustaría reencontrarme con los paramédicos y los guardacostas que me ayudaron, sobre todo para agradecerles por haber estado conmigo en ese momento”, dijo la joven mamá.
Kimberly y su bebita permanecen internadas en el hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas en perfectas condiciones, es cuestión de tiempo para que les den la salida y pueden regresar a su casita en Sarchí.
“Ayer (domingo) llegó mucha gente a verme cuando se enteraron, más que todo los mismos enfermeros y así, pero gente de afuera no”, nos explicó.
Buen susto
La joven contó que ella y su familia decidieron aprovechar el último día de la Semana Santa para ir a Caldera. Ella se encontraba disfrutando el sol y la arena cuando empezó a sentirse mal.
“La verdad es que me asusté mucho (cuando sintió las contracciones), ni disfrute ni nada por lo mismo, por el dolor que sentía en ese momento”, recordó.
Los primeros en auxiliar a Kimberly fueron los dos guardacostas que patrullaban la playa a pie. Al enterarse de lo que estaba pasando pidieron la ayuda de los cruzrojistas, que estaban en un puesto a escasos 200 metros.
La mamá contó que este fue su tercer embarazo, ya tiene dos chiquitos de 6 y 7 años, y hasta ahora es que se lleva un susto tan grande. Afortunadamente todo salió bien y Nazareth podrá contar en el futuro que vino al mundo frente al mar.
“Si Dios me lo permite me gustaría llevarla pronto a que conozca la playa de Caldera”, dijo Kimberly.