Sucesos

Más vidas que un gato

Ni el mar, ni un río, ni un atropello, ni una terciopelo han podido con este puriscaleño

EscucharEscuchar

Marcos Mora Jiménez es uno de esos valientes peones puriscaleños que el 15 de enero del 2012 conversó, cara a cara, con la muerte disfrazada de culebra terciopelo. La sincejas lo mordió en el tobillo derecho. Ya antes la muerte lo había visitado en cinco ocasiones.

Mientras hacía un bretecito en una finca con su machete, cerca del río San José en San Juan de Puriscal, don Marcos no pudo reaccionar a tiempo y la terciopelo lo prensó feo. Fue un instante pero a partir de ahí le cambió todo, le cambió la vida.

Dos familiares estaban con él y salieron soplados a buscar ayuda. Llamaron al 911 y consiguieron un carro para acercarlo a una lechería donde esperaron la ambulancia. Cuenta don Marcos que llegaron dos cruzrojistas jóvenes que se asustaron tanto que si bien le pusieron todo para que de inmediato le ingresara al cuerpo el suero antiofídico (antídoto contra las mordeduras de culebras), pero de la nervia se les olvidó abrir la llave del suero y hasta que llegó al hospital de Puriscal un doctor se dio cuenta de la torta, por eso la pierna se le hinchó demasiado y se desmayó en la ambulancia, incluso le contaron que sufrió dos infartos.

Este  breteador jamás culpó a los cruzrojistas, porque tiene claro que un error lo comete cualquiera. Prefiere invertir su tiempo en agradecerle a Dios, a esos cruzrojistas por llevarlo como un cachiflín al hospi y a los doctores del San Juan de Dios, quienes hicieron  lo imposible por salvarle la vida, la sexta vida. Un gato se le queda corto.

¿Por qué la sexta vida? Porque  don Marcos ya se le había escapado a la pelona en otras cinco oportunidades: una vez se cayó de una torre y quedó colgando. Esto fue en La Rita de Guápiles.  Algo lo sostuvo porque de haber seguido, el golpe lo habría matado; otra vez en el río Tortuguero se lo llevó una cabeza de agua y no sabe ni como pudo agarrarse de unas ramas y salir casi un kilómetro abajo; en otra ocasión el mar se lo llevó arrastrado y la muerte lo abrazó durante media hora pero al final se le soltó de puritico milagro.

Recogiendo basura, hace como unos diez años, lo atropelló una moto y lo impactó en pecho. Y la última, antes de la terciopelo, fue cuando iba en un camión y se cayó para atrás, justo antes de pegar con el suelo se dio vuelta y cayó parado...como los gatos.

“Dios tiene un propósito para todas las personas,  reconozco que ya me ha regalado muchas vidas, y eso ha servido para que  me acerque más a Él, ahora soy muy espiritual porque agradezco cada vez que respiro. Sé que estoy todavía vivo porque algo tiene mi Señor para mí, antes de que Él mismo me diga para qué sigo aquí, estoy cambiando, antes no era muy tolerante con las personas y ahora sí, son aprendizajes que da la vida”, reflexionó.

Después de lo que vivió con la sincejas, este luchador de la vida, quien siempre es muy positivo, tiene un buen consejo para cuando a alguien le toque vivir una mordedura de culebra. “Yo recomiendo que por ningún motivo se haga ningún torniquete, porque si lo hace, la pierna o la superficie donde lo mordió se le va a gangrenar y van a tener que cortarle, van a tener que amputar, a mí me iban a amputar la pierna pero fue que yo peleé con el médico, no me dejé y entonces me dijeron que me dejaban la pierna bajo mi propio riesgo, ahí fue donde Dios me curó, por eso, jamás se hagan torniquete”.

Marcos no para de bretear y pulsearla, sabe hacer jardines, chapear fincas, en fin, le entra a todo. Si le tienen un  bretecito pueden llamarlo al 8684-3798.


En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.