Sucesos

Mecánico regresó de la muerte para aprender a caminar y valorar más a la familia

Angelo Rojas sufrió un fuerte accidente en moto al pegar con un tráiler. Doctora, ambulancia y patrulla iban prácticamente detrás cuando ocurrió la fatalidad

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Angelo Rojas es un mecánico de motos de alta cilindrada que estuvo frente a frente con la muerte luego de que un tráiler invadiera el carril mientras él iba en moto.

Lo declararon sin vida cerca de la gasolinera que está en playa Herradura, Puntarenas; sin embargo, los cruzrojistas insistieron por reanimarlo y con signos muy bajos lo llevaron al hospital Monseñor Sanabria, llegando al centro médico Rojas reaccionó, pero por la gravedad de las heridas lo enviaron de una vez para el hospital México, en La Uruca.

Allí lo estabilizaron y lo pasaron al Hospital San Juan de Dios, en donde le dijeron que no volvería a caminar, no obstante, él venció todo pronóstico de los médicos y demostró que todo es posible, volvió a caminar, trabajar en su taller y a darle más sentido a la vida.

Resucitó

Rojas cuenta que el accidente lo sufrió el viernes 29 de abril del 2011. A la 9:15 p.m. iba para Quepos junto a su hermano, cada uno iba en su moto.

Ellos se toparon con un tráiler que pretendía entrar a la bomba que está en una curva, el chofer del cabezal lo comenzó a meter por donde es la salida y el contenedor quedó invadiendo el carril justo en la curva.

“Yo llevaba velocidad, quizás iba a unos 80 kilómetros por hora, me topé al furgón de frente, hice maniobras para no impactar contra el tráiler, pero fue imposible, opté por bajar los cambios y acostar la moto, me fui contra el furgón y choqué en las piñas traseras, fue tan fuerte que incluso al camión se le poncharon las llantas y se le torció un eje”, detalló el motociclista.

Angelo en ese momento quedó inconsciente y se quebró la tibia, el peroné de la pierna izquierda, los dedos meñiques y el anular de la mano izquierda, tuvo una laceración en el ano, fracturas en seis costillas (cuatro del lado izquierdo y dos del derecho) y fracturas en la columna.

“Tuve suerte porque detrás de nosotros venía una doctora y una ambulancia vacía, también una patrulla, duré cinco minutos en el suelo, la doctora me dio asistencia inmediata”. Todo esto se lo contaron.

Él reaccionó en el hospital México, donde intentó levantarse, pero volvió a quedar inconsciente, recobró la razón un mes después.

Volvió a despertar en el hospital San Juan de Dios, donde lo operaron, ahí estuvo un mes y diez días, lo mandaron para la casa con la herida del ano sin intervenir, a los tres días entró al hospital del Trauma donde se lo reconstruyeron.

A finales de mayo le comenzaron a dar terapia ocupacional para usar la silla de ruedas, pero la familia le hacía masajes, con la fe de que recuperara la movilidad.

“Mi suegra, mi esposa y varios amigos llegaban ayudarme, me hacían movimientos en las piernas a escondidas en la hora de visita”.

“Durante ese tiempo tuve que usar pañales, como un bebé, por cuatro meses”, agregó.

También perdió masa muscular, de 74 kilos pasó a pesar 49 kilos.

Angelo comenzó a tener una movilidad leve y cuando los médicos se enteraron lo enviaron a terapia, a los quince días comenzó a mover las piernas.

“Cuando estuve internado me ayudaron para que mis hijos me fueran a ver luego de tres meses de no verlos, lloré como un carajillo, también recuerdo que mi esposa y mi suegra nunca faltaron en esos seis meses de internamiento, también mis amigos me llegaban a hacer la barba, leerme la Biblia o libros”, recordó.

Uno de los días más especiales fue el 14 de setiembre del 2011, cuando salió del INS dando pasitos apoyado en la silla de ruedas, tenía las piernas muy delgadas, pero demostró que iba a lograr caminar.

A finales de octubre del 2011 ya no aguantaba estar encerrado y comenzó a trabajar con un amigo en un taller mecánico, aunque no caminaba al 100%, se ayudaba con la silla de ruedas; pero el estar en constante movimiento se le fortaleció la espalda.

Volvió a tener una moto

A finales de enero del 2012 se volvió a montar en una moto, la familia se opuso, pero él dio una vuelta de un kilómetro, fue así como regresó a viajar en moto, sus allegados lo tenían que subir y bajar porque sus piernas seguían débiles.

“Mi vida son las motos, desde el 2000 recibo ingresos por las motos, pero desde 1989 (siendo menor de edad) ando en moto”.

Asegura que a raíz del accidente, hubo cambios en su interior, como en la forma de ser y la relación con la familia, amigos, asegura que ahora los valora más.

Angelo, también retomó los ejercicios y ahora camina sin ninguna ayuda, trabaja en su propio taller y aunque el accidente él no lo provocó, le pide a los motociclistas y conductores en general tener prudencia, ser amables y respetar los límites de velocidad para este año no ser parte de las estadísticas de accidentes en carretera.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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