Motorizado escuchó en la ambulancia que le tendrían que amputar la pierna

Para John González Castro perder su pierna izquierda fue terrible, pero él asegura que su optimismo y ganas de no dejar de luchar le han permitido salir adelante.

Este hombre de 42 años nos contó que el accidente que le cambió la vida ocurrió el 4 de setiembre del 2018.

“Eran las 7:05 de la mañana yo iba en mi moto por la autopista de San José hacia Alajuela, cuando iba por el INA, un bus que iba por el carril exclusivo se salió de repente y no me vio, me golpeó y me tiro al otro carril, en ese momento venía una grúa plataforma que me pasó por encima”, contó el sobreviviente.

Gonzalez recuerda que en ese momento tuvo muchos ángeles a su alrededor que lo ayudaron mientras la ayuda llegaba.

“Yo estaba consciente pese a lo que me pasó, a la moto no le ocurrió nada aún la tengo en la casa, estuve casi una hora tirado en la calle mientras la ambulancia llegaba y después que decidieron esperar a que llegara una de soporte avanzado porque perdí demasiada sangre”, contó el valiente.

Él fue trasladado al Hospital México en condición grave.

“Yo pensé que tenía múltiples fracturas en la pierna con exposición de hueso y muslo, pero camino al hospital escuche cuando los paramédicos alertaron al hospital de que me llevaban y dijeron que era una posible amputación de la pierna, en el hospital me dijeron que tenía que firmar para operarme y así autorizar para que me cortarán la pierna, era necesario para salvarme la vida”, dijo.

John asegura que fue muy duro, pero él quería vivir, pues su única hija, Sara, tenía ocho meses de nacida.

“Me cortaron la pierna, pero se me infeccionó y tuvieron que cortármela dos veces más, me han operado 17 veces desde el momento del accidente, estuve 21 días en la Unidad de Cuidados Intensivos sin recibir visitas y he tenido que pasar por muchos lavados quirúrgicos”, recordó

Para Gonzalez el apoyo de su esposa y su familia ha sido lo que más le ha dado valor para seguir adelante.

“He manejado 25 años moto y yo iba bien, a mí lo que me salvó fue la velocidad, porque yo iba despacio, eso hizo la diferencia”, dijo John.

A este hombre, que es veterinario pero no ejerce su profesión sino más bien trabaja en una empresa dedicada a los empeños desde hace 14 años, le pusieron la prótesis hace seis meses y asegura que le ha ido de lo más bien.

“Hace dos meses entré a trabajar, en la empresa han sido muy buenos conmigo, viajo en bus todos los días de San José a Alajuela, ha sido un proceso de adaptación, pero soy muy positivo. Todavía sufró un poco con la sensación del miembro fantasma, que siento los dedos o el tobillo que no tengo, es como algo sicológico”, dijo.

Este vecino de Tibás asegura que él ha decidido sonreír y salir adelante y no frustrarse por las limitaciones que pueda tener.

“A futuro he pensado con otros dos amigos poner como un grupo de apoyo para personas que han sufrido amputaciones como nosotros, para juntos salir adelante y acompañarnos, porque no es lo mismo recibir ayuda de una persona que sabe del tema a recibirla de alguien que lo sufre”, concluyó.