Mientras muchos se cuidan al máximo del covid-19 y lo agarran en serio, otros más bien vacilan para tratar de burlar a las autoridades, o buscar un trato diferenciado cuando se jalan una torta.
Lo peor de todo es que las autoridades no les pueden hacer nada a estos “simpáticos” pues la jugada no es considerada un delito.
“Aunque cada caso se valora de manera particular, con las características que usted menciona, en la que la persona expresa o miente al decir ser positiva del virus, esa conducta no sería constitutiva de delito”, confirmó el Ministerio Público.
A lo mucho que estos mentirosos se exponen es a una contravención por alterar el orden público, que se castiga con diez días multa. Además, las autoridades solo podrían detenerlos si es que están cometiendo un delito propiamente, como por ejemplo un robo.
El miércoles 22 de julio, por ejemplo, en la fuente de la Hispanida, en San Pedro de Montes de Oca, los oficiales detuvieron a un extranjero apellidado Rodríguez por irrespetar la restricción vehicular sanitaria.
“Ante esta situación, la persona se mostró nerviosa y les indicó a los agentes que tenía covid-19 y que mantenía medidas sanitarias en el cantón de San Carlos, por lo que se consultó con el Ministerio de Salud y ahí nos indicaron que el sujeto no se encontró en la bases de datos como sospechoso de portar la enfermedad.
“Se consultó al OIJ y se determinó que el extranjero mantenía orden de captura por el delito de tentativa de homicidio simple, tramitada en el Juzgado Penal de Sarapiquí”, informó el Ministerio de Seguridad.
Más casos
Ericka Madriz, directora de la Fuerza Pública de Cartago, dijo que lamentablemente ya han atendido varios casos de este tipo.
El más sonado ocurrió el lunes 20 de julio, cuando una mujer apellidada Cascante causó todo un alboroto en un bus que se dirigía hacia Paraíso de Cartago, pues dijo que tenía covid-19. Al final la mujer se fue como si nada hubiera pasado y a los pasajeros los dejó a punto de té de tilo.
“El miércoles pasado nos sucedió en Cot de Cartago, cuando una persona no respetó un control vehicular y hubo que darle seguimiento por varios kilómetros. Para evadir la responsabilidad dijo que era positivo, pero la hermana nos dijo que era mentira, que lo dijo porque estaba molesto”, dijo.
Según Madriz, lo más preocupante es el gasto en recursos para la Fuerza Pública, Ministerio de Salud y Cruz Roja.
“Estos casos nos desgastan muchísimo, porque nosotros estamos de frente ante la pandemia cubriendo muchas necesidades de la sociedad, pero no solo estamos atendiendo situaciones relacionadas con el covid-19, tenemos muchísimos incidentes más”, destacó.
Sin dientes
El abogado penalista Boris Molina considera que esta situación se debe al hecho de que a la hora de hacer la reforma a la Ley General de Salud nunca se consideró incluir sanciones a nivel penal de más peso para este tipo de faltas.
“Una contravención tampoco es como un castigo que marque diferencia, porque la sanción al final son días multa, entonces volvemos al punto sobre cómo se cobra y toda la cosa.
“Para mí, esa reforma que se hizo no tiene dientes, necesitan darle garras para tratar de prevenir por medio de la sanción, porque en este momento es lo que se necesita para que la gente entienda”, dijo Molina.
Según Molina, las autoridades aún están a tiempo de buscar un castigo proporcional para los mentirosos, para que así se lo piensen dos veces antes de hacer una gracia.
“Se podrían crear sanciones diferenciadas, porque eso de mentir es menor a otras infracciones como realizar un evento social, entonces se podría establecer que la pena no sea de prisión necesariamente, o que sea de cárcel de uno a seis meses, que al final es algo simbólico, pero a la persona se le va a manchar la hoja de delincuencia”, detalló Molina.