Sucesos

Mujer víctima de accidente en moto da un gran ejemplo de lucha

Mujer iba como acompañante de moto y sufrió la peor parte de accidente.

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La valiente tuvo que enfrentar operaciones con recuperaciones muy dolorosas. Foto: Cortesía. (cortesía)

Flor Granados Calderón es mamá y abuelita y ha tenido que enfrentar con valor la lesión que le dejó un accidente en moto. Tuvo que pasar por un viacrucis médico y por mucha angustia para superar lo que le ocurrió.

Nos contó que el 21 de marzo del 2018 fue con su esposo a comprar tela para un disfraz que necesitaba uno de sus nietitos. Cuando iban en la moto por la parte trasera del Colegio Madre del Divino Pastor, en Ipís de Goicoechea, un carro que iba por una calle paralela salió de pronto y les dio.

Asegura doña Flor que el hombre después movió el carro hacía atrás unos 25 metros, hasta donde tiene un abastecedor.

“Yo iba de acompañante y el golpe fue para mí, recuerdo que caí sentada en el caño y no aguantaba el dolor en la pierna derecha. Estuve tirada con dolor dos horas porque la ambulancia no llegaba, hasta llegó mi familia y ese día me llevaron al Hospital Calderón Guardia”.

Esta valiente asegura que los dolores que sufrió no se los desea a nadie.

“En Ortopedia me tuvieron que hacer una maniobra para acomodarme los huesos. Los médicos me dijeron que la pierna sufrió un desplazamiento de hueso y que habría sido mejor una fractura expuesta, de eso que se le sale el hueso a uno. Me tuvieron que poner un yeso desde la ingle hasta el talón”.

Doña Flor cumplió 50 años hace unos días, ella tiene tres hijos y dos nietas. Foto: Cortesía (cortesía)

Al día siguiente del accidente, cuando la llevaron al INS, empezó una odisea.

“El doctor me quitó el yeso y me preguntó ‘¿qué fue lo que me le hicieron?’; la pierna estaba llena de llagas y bombas de agua, demasiado dañada y me tuvieron que operar dos veces más”, recordó.

Para la familia de Flor fue muy duro ver todo lo que ella pasó. Ella cuidaba a sus nietos y su hija tuvo que renunciar al trabajo y, para peores, al esposo de Flor lo despidieron del trabajo.

“La moto tenía póliza, pero se acabó y entonces ya los doctores no me querían hacer nada. .Entré en una depresión muy fuerte, buscamos al chino que nos chocó porque su carro tenía seguro y nos dijo que iba a activarla y se presentó al INS, pero para decir que no iba responder", comentó.

Flor ya no podía recibir atención en el INS, debía al Calderón pero al no haber campo la mandaron a la casa. En el hospi le perdieron el expediente y dejaron de llamarla. Extrañada por eso ella volvió a llamar y le tuvieron que repetir los exámenes.

En mayo de aquel año la operaron de nuevo y cuando llevaba dos meses en cama le dijeron que no había campo para las terapias, que mejor las pagara por fuera.

“Yo no podía pagar, la hija de una amiga fue la que me ayudó porque ella es fisioterapeuta y al mes volví a caminar sin bastón”, explica.

Los doctores le dijeron que la tenían que volver a operar porque el hueso no pegó. Esa cirugía se la suspendieron varias veces porque era muy delicada, tenían que cortarle un pedazo de hueso y ponerle un pin de la rodilla al talón. Eso la deprimió nuevamente y tuvo que recibir tratamiento, al fin la cirugía se la hicieron el 21 de marzo de este año.

“Ya estoy muy bien y voy tratando de salir adelante, nunca perdí la fe, tomo tratamiento para el dolor porque me da mucho y a las seis de la tarde siempre me siento muy cansada".

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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