Sucesos

Novelón: Baranda metálica atravesó a hombre y él vivió para contarlo

Marvin Calvo le suplicó al cruzrojista que lo ayudara a llegar vivo al hospital y que después él haría el resto

EscucharEscuchar
Esta es la foto que publicamos en el 2011, donde quedó para la historia el bombazo que se llevó Marvin. Reiner Montero. (Reiner Montero)

Marvin Jesús Calvo Salas se le zafó a la muerte el 18 de noviembre del 2011, cuando sufrió un accidente de tránsito en la carretera Braulio Carrillo Ruta 32 a pesar de que al auto que conducía le dieron pérdida total, él se salvó de milagro, al igual que su compañero, pero a Marvin le tocó la peor parte.

Por asuntos de brete les tocaba ir a Limón, así que aquel viernes 18 de noviembre se levantó tempranito, alistó sus metates y junto con un compa abordaron el carro de la empresa. Marvin iba alegre y hasta cantando, nunca le gustó manejar rápido, así que cuando empezó a bajar el Zurquí, le sacó aún más el pie al acelerador.

Pero de un pronto a otro, justo en la “curva de la muerte” (también conocida como curva del teleférico, porque está del teleférico un kilómetro hacia Guápiles), esa misma que se llevó la vida del futbolista Dennis Marshall, un furgón que venía rayando en el sentido Guápiles-San José  invadió su carril, Marvin se lo capeó de milagro, pero perdió el control del carro y pegó con todo en la baranda protectora.

El asunto no quedó ahí, este vecino de San Rafael Arriba de Desamparados, tuvo la mala suerte de que la baranda no terminaba enterrada en el suelo como deben estar todas, sino que estaba a media altura, lo que provocó que algo puesto para proteger vidas, se convirtió en su peor enemigo.

Al no estar la baranda enterrada, se metió directamente por el parabrisas y cruzó la cabina, justo en el asiento del conductor. Hasta el día de hoy nadie se explica cómo Marvin puede contar el cuento.

Marvin volvió con La Teja al lugar del accidente, ya antes lo había hecho con su hermano, por eso los efectos psicológicos ya eran parte del pasado. Alonso Tenorio. (Alonso Tenorio)

En La Teja, un día después (el 19 de noviembre del 2011), publicamos la noticia y la foto que se logró a pocos minutos del accidente, en verdad que no da oportunidad a palabras. Quien ve la fotografía le cuesta creer que el chofer esté vivito y coleando. De hecho, logramos una foto cuando Marvin ingresaba en camilla al hospital de Guápiles.

No solo la foto del carro hecho leña es significativa, también la foto en la camilla tiene su historia, porque de lo poco que recuerda Marvin es que cuando iba en la ambulancia pudo escuchar a un cruzrojista que decía por “walkie talkie” que era casi un hecho que el paciente iba a llegar sin vida al hosptital, por eso le agarró la mano al cruzrojista y le dijo: “por favor, manténgame vivo hasta el hospital, le aseguro que si llego vivo me salvo, pero necesito llegar vivo”.

El pasado 30 de junio invitamos al sobreviviente para que se tomara un café con nosotros, seis años después del accidente.

La cita fue a las ocho de la mañana en la soda El Parque, en el puro corazón de San José. Él llegó superpuntual, nosotros también, así que antitos de las ocho ya teníamos un pinto con huevo frito en la mesa y un buen café con leche, de esa forma comenzó a contarnos sobre el accidente, la ambulancia, el hospital, los traumas, la rehabilitación y de cómo tuvo que aprender a hacer todo con la mano izquierda.

“No le puedo negar que sentí la muerte. Segundos después del accidente no tenía muy claro qué había sucedido, ni si estaba golpeado, de hecho pensé que todo estaba pura vida, pero poco a poco me comenzó el dolor y la gente que llegó a auxiliarme mejor ni me tocó porque el asunto estaba muy delicado. Vieras que me acuerdo de casi todo.

“Cuando me di cuenta de mi realidad no había llegado la Cruz Roja, entonces le dije a Dios que me cubriera con su manto, le dije que entendiera que no tenía hijos y que siempre los he querido tener, en ese momento tenía 23 años”, nos contó.

Al llegar la ambulancia el asunto no pintaba nada bien, la baranda de seguridad se le incrustó en el pecho y lo tenía fatal, incluso perdió mucha sangre.

“Dentro de la ambulancia los cruzrojistas no me daban muchos minutos más de vida, yo los escuché, entonces le pedí a Dios por mi vida, me agarré fuerte de la vida y así pude llegar al hospital y me alegré, yo sabía que ya en el hospital era cuando comenzaría mi verdadera guerra por sobrevivir y la iba a ganar… tengo muy claro que ese 18 de noviembre volví a nacer”, aseguró este valiente, quien ahora tiene 29 años.

Días, meses y hasta años de terapia para volver a utilizar su mano derecha. Las cicatrices demuestran la gran batalla de Marvin con la vida. Alonso Tenorio. (Alonso Tenorio)

Las lesiones fuertes fueron en el pecho, el hombro y el brazo. Por lo urgente de su condición en Guápiles lo operaron del pecho, un mes después, ya en San José, lo operaron del hombro y el brazo. Estuvo tres días en Guápiles y después lo mandaron en ambulancia al San Juan de Dios.

Por esas cosas que pasan en la medicina pública, el brazo y el hombro no se operaron cuando debían, se dejó pasar mes y medio, razón por la cual la familia armó un broncón de los once mil diablos, porque siempre le decían que no había espacio.

“Cuando llegué a operarme el brazo el doctor me preguntó, ¿qué hace usted con ese brazo así de dañado y sin operar todavía? No sabía qué responderle, me dio cólera y miedo al mismo tiempo porque el doctor me preguntó si yo creía en Dios, le dije que sí, entonces me dijo que le rezara bien fuerte porque estaba casi seguro que el brazo lo perdería.

No lo perdió, pero sí le tocó enfrentar una recuperación de dos años y ocho meses. Se vinieron días de ejercicios, piscina, rehabilitación con electricidad y mucha fuerza mental para convencerse de que el brazo volvería a funcionar.

“El brazo derecho me quedó inservible, no lo podía alzar, no podía prensar nada, no podía ni comer con él, tuve que aprender a hacer todo con la mano izquierda, incluso aprendí a escribir y comer con la mano izquierda… hasta hoy como con la izquierda aunque ya gracias a Dios el brazo se recuperó, no al 100% pero sí al 85%, y ya eso es mucho decir”.

El accidente fue en el 2011 y en pleno 2017, cuando fuimos con Marvin, se encontró el pantalón que la Cruz Roja le cortó para atenderlo, no podía creerlo. Alonso Tenorio. (Alonso Tenorio)

El accidente le dejó un “regalito”, un trauma total por volver a manejar, incluso se convenció de que jamás tocaría otro carro en su vida. Y ni qué decir de pedirle ir a Guápiles, eso era motivo para que, incluso, se pusiera a llorar, al recordar todo lo que vivió.

“Ese primer año después del accidente fue muy duro, por las heridas, la rehabilitación y lo traumático de todo, yo me despertaba por las noches llorando o pegando gritos porque revivía en mis sueños el accidente, me despertaba empapado en sudor”, confesó Marvin.

Un años después del accidente, a Víctor, el hermano, se le llenó el buche de tanto trauma en Marvin, quien era un valiente para la manejada y ahora se le despertaba llorando, así que decidió curarlo y lo hizo al estilo de nuestros abuelos: con pelos de la misma chancha.

Una mañana Víctor agarró de la relinga a Marvin, lo montó en un carro y se lo llevó al Zurquí, a la misma curva del accidente, o se moría del trauma o volvía el Marvin que era muy buen chofer.

“Iba, pero hecho una piedra, no me podía ni mover, ni qué decirle cuando llegamos a la curva, no quería bajarme del carro, pero mi hermano me convenció, me bajé, caminé por el mismo lugar del accidente y poco a poco fui perdiendo el miedo, al ratico ya me había acostumbrado al lugar”.

Después de esa visita al lugar del suceso, Marvin volvió a dormir tranquilo e incluso volvió a estar detrás de un volante. Muchos dirán que no fue la mejor forma, pero a los abuelos les funcionaba casi siempre y en este caso, a Víctor le funcionó.

Hasta una caminadita se echó Marvin por el lugar donde seis años atrás casi pierde la vida. Alonso Tenorio. (Alonso Tenorio)

El pasado 19 de julio, junto con Marvin, visitamos la “curva de la muerte”, ya él había pasado varias veces desde que su hermano lo llevó y ya no le tenía miedo, nos acompañó para ver qué tal le iba casi seis años después.

“Una de las cosas que más me duelen es que mi accidente no ha servido para nada, porque aquí (en la curva) a cada nada siguen sucediendo tragedias y de la misma forma, no se ha dado un cambio para prevenir el dolor en los hogares.

“Cuando paso por aquí lo hago muy despacito, me lleno de dolor por lo que viví, pero también porque sé que pronto otra familia estará sufriendo, esto tiene que parar, alguien tiene que pararlo, no puede ser que sigan y sigan los accidentes en un mismo lugar”, comentó Marvin en el propio lugar donde le ganó el partido a la muerte.

CIFRAS DE DOLOR

-109 muertos hubo en la Ruta 32 entre 2012 y 2015.

-19 conductores han perdido la vida entre enero y julio de este año en la Ruta 32.

-26 ciclistas fallecieron en carretera en lo que va del año

-270 muertos por accidentes de tránsito en todo el país llevamos en este 2017

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.