Sucesos

OPINIÓN: “No dejo de sorprenderme de la maldad humana”

El ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, descubrió el agua tibia al referirse al montón de inadaptados que invierten tiempo llenando las redes sociales de alarmantes mentiras

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Las campañas para que la gente entienda que no todo lo que dicen las redes sociales es verdad se han intensificado, sin embargo, muchos son duritos para entender.

Como país pobre tenemos necesidades de todo tipo, sin embargo, con lo poco que hay las autoridades de Salud y de Seguridad Pública hacen su mejor esfuerzo y les sacan el jugo a los limitados recursos los cuales van dando resultados en esta larga guerra contra el COVID-19, que ha hincado a grandes y ricas potencias mundiales en Europa y en América a Estados Unidos.

Por eso no es justo que mientras nuestras autoridades están trabajando con las uñas, muchos se dedican a entorpecer. Y es que la pelea de nuestras autoridades no es solo en las calles o las fronteras, también tienen que sacar tiempo, de donde no hay, para combatir otro frente de batalla, la gran cantidad de mentiras que llenan las redes sociales y que, desgraciadamente, muchos costarricenses que no cuestionan nada creen a ciegas.

Y si estos asiduos consumidores de Facebook o de los videos en WhatsApp son parte del problema porque se van de pollos al no sacar ni un minuto para reflexionar, el daño que cometen los que sacan el rato, con premeditación y alevosía, para montar las falsas noticias es mayúsculo.

Siembran angustia innecesaria en esa población que cree todo lo que ve, dañan los sacrificados esfuerzos de las autoridades, les dañan la imagen como si se estuvieran chupando el dedo ante una situación tan delicada como la pandemia, en la que hay de por medio vidas humanas, y obligan a las autoridades a gastar preciadas horas para desmentir las falsedades cuando cada minuto es vital para velar por la vida de los costarricenses.

Tiene toda la razón del mundo don Michael Soto, ministro de Seguridad, cuando dice: “No dejo de sorprenderme de la maldad humana”.

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