Justo cuando apenas el pasado martes el presidente Carlos Alvarado le pidió al secretario de Estado de EE.UU., Michael Pompeo, en su visita relámpago, que nos ayude para que su gobierno nos mejore la calificación turística, recibimos otro duro golpe a nuestra “reputación”, palabra usada por Alvarado ese día.
El gobierno gringo determinó que debido a la pobre inseguridad a la que se exponen los ciudadanos de ese país que nos visitan, les advirtió que estamos a niveles de Honduras, Venezuela, Brasil, en los que asesinan a 50 personas por cada 100 mil habitantes, aunque esa cifra en Costa Rica es de 11 personas por cada 100 mil habitantes.
Pompeo le dijo a Alvarado que le entraría al tema “lo más rápido posible”.
¿Realmente atenderá el asunto “lo más rápido posible” justo cuando se da a conocer que un turista francés fue asesinado a puñaladas en playas del Coco, Guanacaste, la tarde del miércoles?
El fallecido fue identificado como Christophe Jean Lietaert, de 48 años, chef instructor en un instituto en México.
Fue hace quince días cuando EE.UU. comunicó la rebaja en la calificación al pasarla del nivel 1, para que los visitantes tomen precauciones normales, al nivel 2, en el que deben andar ojo al Cristo.
Dijeron que hay áreas con delincuencia violenta u organizada, así como policía con capacidad limitada.
Esa decisión don Carlos Alvarado la calificó como “injusta y desproporcionada”. ¿Y si les preguntamos a las víctimas de los turistas asesinados como la consideran?