Geovanny Vindas todos los días al verse en el espejo se siente orgulloso de unas cicatrices que le recuerdan lo afortunado que es al estar vivo.
Él quedó todo marcado por las operaciones que le hicieron para salvarle la vida luego de ser atacado a puñaladas. Vindas dice que hasta le han ofrecido hacerle tatuajes para cubrir las marcas, pero no ve la necesidad de hacerlo, ya que más bien le gusta tenerlas.
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El drama en el que Geovanny casi pierde la vida ocurrió el lunes 26 de setiembre del 2016 en Alajuelita. Él fue agredido por un vecino luego de que, sin querer, golpeara levemente con un carro a unos muchachos.
Esto sucedió a las 10 de la noche cuando Vindas estaba parqueando el carro en calle Las Antenas, en La Aurora. Los muchachos estaban a la orilla de la calle y como estaba oscuro no los vio.
Cuando se percató de lo que había pasado se bajó del carro para dar disculpas, pero en ese momento uno de los jóvenes, quien en ese momento era menor de edad, se le fue encima con un puñal y lo hirió tres veces: una de las estocadas le dio en un pulmón, otra le dañó parte del corazón y la otra fue en la cara.
La esposa y la mamá del herido lo llevaron al hospital donde estuvo internado 27 días. Tuvieron que hacerle operaciones a corazón abierto, pero el valiente resistió y se recuperó.
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Este serio trauma lo hizo cambiar la manera de ver la vida.
“Cuando llegué al hospital a mi esposa le dijeron que yo había muerto, estuve sin signos vitales tres minutos y luego volví a la vida. Ahora me siento muy agradecido con Dios y feliz de estar vivo.
“Disfruto más cada cosa que hago, bajé el ritmo de llevaba antes del ataque y trato de pasar tiempo de calidad con mi familia que es lo más valioso que tengo”.
Ahora es su propio jefe
Cuando se dio el ataque Geovanny trabaja como técnico en mantenimiento de equipo de refrigeración para la empresa Gessa, pero las lesiones le pasaron la factura.
“Cuando regresé ya no podía levantar cosas pesadas, ni tampoco subir a los techos, entonces decidí renunciar para cuidarme. Para sobrevivir me puse mi propia empresita en reparación de equipos de refrigeración y gracias a Dios hasta me va un poquito mejor que antes.
A nivel judicial el caso ha sido lerdo, ya que el juicio aún está pendiente.
“Lo último que supe es que la investigación ya estaba lista. El hombre ese que me apuñaló sigue viviendo cerca de mi casa, a veces voy a la pulpería y me lo topo y yo mejor me hago el loco para no verlo para evitar más problemas”, relató.
Vindas dice que su esposa, su mamá y sus cuatro hijos fueron los que le dieron la fuerza necesaria para superar la difícil etapa y por eso ahora disfruta con ellos cada momento.