Un hombre apellidado Pérez Flores, de 27 años, dijo sentirse arrepentido por haber agredido en varias ocasiones a su hijastro de 5 añitos, quien murió en mayo del 2019 por esas lesiones y por el abandono que sufrió de sus padres.
“Tuve la oportunidad de hacer algo por mi hijo y no lo hice. Me arrepiento y no me perdono a mí mismo”, dijo Pérez.
La declaración la dio este martes en los Tribunales de Alajuela, durante el juicio que se lleva a cabo en contra suya y de la madre del niño, una mujer apellidada Marroquín Alas, de 24 años.
Los hechos ocurrieron en la casa en la que vivía la familia, ubicada en Sabanilla de Alajuela. Según el OIJ, el niño murió debido a una hemorragia intestinal, además de que presentaba moretones y desnutrición.
El padrastro dijo que todavía no entiende cómo él y Marroquín fueron capaces de hacer algo así, además reconoció que la muerte del chiquito será una cruz con la que cargará por el resto de su vida.
Pérez aseguró que ambos agredían al pequeñito y que esa situación se venía dando desde que ellos vivían en El Salvador. Detalló que le pegaban con palos, sandalias y cualquier cosa que tuvieran a mano.
Además, confesó que siente mucho dolor por lo que pasará con su otro hijo, quien nació semanas después de que él y Marroquín fueron detenidos. Por ahora solo sabe que el bebé está bajo custodia del Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
El juicio contra Pérez y Marroquín está en su etapa final, pues este martes inició la fase de conclusiones, por lo que se espera que la sentencia se dé a conocer esta misma semana.