Sucesos

Papá policía le heredó a sus gemelos la pasión por el uniforme azul

El oficial tiene 39 años de servicio y le pide a sus muchachos que siempre sean honrados en su trabajo

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Víctor Cruz Urbina tiene 61 años de edad y 39 de ser policía. Él se enamoró de la idea de ser oficial al ver a su papá poniéndose a diario el uniforme de la Guardia Civil y se siente orgulloso de haber logrado su sueño.

Pero el legado no terminó ahí, de la misma manera que lo hizo su papá, don Víctor marcó a sus hijos menores, los gemelos Henry Raúl y Freissman, quienes también decidieron convertirse en oficiales de la Fuerza Pública.

Cruz siempre ha sido valiente, desde que era muy joven trabajó como pescador y si no le alcanzaba lo que ganaba en el mar le entraba a la construcción o cortaba el zacate en casas. A los 22 años tuvo la oportunidad de entrar a la Policía y sintió un gran alivio ya que al fin consiguió un trabajito estable.

Se casó con Adilia Chavarría en 1982, formó un hogar en Puntarenas y la empezó a pulsear para sacar a su familia adelante. Por eso, además de ser un buen policía, don Víctor es un excelente papá quien hoy celebra su día.

“Mis hijos siempre me veían con el uniforme y yo siento que por ahí les entró el gusanito de querer ser policías. Estoy muy orgulloso de ellos y también de mi muchacho mayor, quien no es policía, porque los tres son personas de bien.

“Hace nueve años, cuando los gemelos me dijeron que estaban haciendo los trámites para entrar al Ministerio de Seguridad, yo sentí una alegría muy grande. A como está la cosa de mal ahora en la sociedad, me dio mucha tranquilidad saber que ellos iban por el camino del bien y que querían servir al país”, contó el orgullo papá.

Don Víctor dice que aunque sus hijos son bien portados, él siempre que puede les recuerda la gran responsabilidad que tienen al usar el uniforme.

“Yo les digo que sean tolerantes y pasivos, que se limiten a hacer lo que deben y que siempre se basen en la ley para que no abusen de las personas, porque eso solo lleva a los problemas.

“En el momento en el que uno se pone el uniforme, le cae mal al delincuente y atrae a personas que le ofrecen plata a uno a cambio de cosas indebidas. Por eso les aconsejo que nunca agarren dinero de nadie, que sigan su línea de trabajo, así si hablan de uno es porque se hizo un buen cumplimiento y no porque sea corrupto, la honradez en fundamental”, aseguró el experimentado oficial.

“El Ministerio de Seguridad es una gran familia que le enseña a uno a ser disciplinado y me siento satisfecho de haberle heredado la profesión a mis hijos”, añadió Cruz, quien ya el próximo año podrá acogerse a su pensión para descansar luego de tantos años de trabajo.

Papá y héroe

Freissman dice que desde chiquillo se sentía orgulloso de ser hijo de un policía y ahora lo admira mucho más porque sabe lo difícil que es luchar contra la delincuencia.

“Cuando era pequeño yo pensaba que mi papá era lo máximo, sentía que era mi héroe y lo sigue siendo. Siempre vi que él sacaba la cara por las personas, que combatía a los malos y yo quería seguir sus pasos. Mi papá es la inspiración de mi hermano gemelo y mía.

“Yo tengo una bebé de tres meses, ella me cambió la vida y ahora que soy papá entiendo y amo más a mi viejito, valoro más todo lo que él hizo por sacarnos adelante a mis dos hermanos y a mí”, expresó.

El joven policía dice que en su casa siempre le enseñaron a ser humilde y muchos otros valores que ahora son esenciales en su labor.

Él trabaja en Puntarenas, al igual que su papá, lo que le ha permitido trabajar mano a mano con él, una bendición que su hermano Henry no ha tenido ya que él labora en Jacó.

“Nosotros estuvimos en el GAO (Grupo de Apoyo Operacional) varios años, recuerdo que una vez fuimos a detener a una persona que tenía orden de captura por una tentativa de homicidio y cuando llegamos un montón de personas empezaron a tirarnos piedras y hasta salieron a dispararnos, pero por dicha todo salió bien y logramos detener al hombre que buscábamos.

“Mucha gente cree que los policías nos la tiramos rico, pero qué va, nos toca arriesgar la vida y uno se expone a agresiones y lesiones, hasta que uno se pone estas botas comprende realmente el riego de ser policía”, aseguró Freissman.

Don Víctor se siente muy agradecido con Dios y con la vida por ver a sus hijos siguiendo su ejemplo y luchando contra el mal, porque sabe que eso ayuda a la construcción de un país mejor. Sin duda este Día del Padre lo pasará muy feliz.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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