Un adulto mayor de apellido Calvo y 79 años se alió con al menos cinco taxistas informales de la zona norte del país para montar un “negocio”.
Ellos se aprovechaban de extranjeros que llegaban a suelo tico sin documentos y planeaban quedarse viviendo.
De acuerdo con la investigación los “piratas” buscaban a los inmigrantes y les cobraban entre ¢5.000 y ¢10.000 por persona con el fin de llevarlos hasta la casa de Calvo, quien les ofrecía un techo y un lugar para vivir. Para quedarse en la vivienda debían pagar además de ¢3.000 y ¢5.000 (Fuerza Pública no supo indicar la frecuencia del pago).
La casa de Calvo está en Los Chiles, Alajuela, y era un sitio de paso. Los extranjeros después se iban hasta otra zona donde quisieran vivir aunque algunos se quedaban trabajando en los alrededores.
La Policía de Migración y la Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes comenzaron a investigar el caso y este sábado en la madrugada allanó la casa de Calvo, donde fue detenido el anciano, quien es pensionado del Ministerio de Salud, y agarraron también a cuatro piratas de apellidos Reyes, Zabala, Muñoz y Vargas.
Además en la vivienda encontraron seis extranjeros en condición migratoria irregular, incluyendo menores de edad.
Allí decomisaron libretas de control, celulares y documentos de identidad extranjeros.
Hace unas semanas las autoridades habían detenido a un pirata de apellido Alfaro, quien llevaba inmigrantes, en Santa Rosa de Pocosol.
Los detenidos se exponen a una pena de cuatro a ocho años de cárcel por tráfico de personas.