Sucesos

Pescador de 89 años rescatado por guardacostas: “No estaba perdido, el viento me tenía acosado”

El abuelito salió con su bote y remos en busca de comida para llevar a su hogar

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Don Manuel Casares Álvarez tiene una valentía tan grande como sus años, él es un hombre esforzado que todavía sigue luchando por el bien de su familia.

Tiene 89 años, es de contextura delgada y podría tener más agallas que un muchacho, porque él no lo piensa dos veces para subirse en su pequeño bote e internarse en las aguas del pacífico Central con tal de buscar pescados para llevar la comida a su hogar.

Así lo hizo la mañana del viernes anterior, cuando salió de su casa en barrio El Carmen de Puntarenas a las 11 de la mañana. Su hija Rosina Casares lo vio por una ventana cuando iba mar adentro.

Manuel Casares Álvarez, cumplirá 90 años el próximo 8 de noviembre, pero se siente con la fuerza de un hombre de 30. Foto: Cortesía de Rosina Casares

Ella sabe que la vida de su papá siempre ha sido la pesca, pero a eso de las 3 de la tarde se preocupó porque él no llegó a tomar café, horas después se alarmó todavía más al ver que no regresaba, por lo que pidió ayuda al Servicio de Guardacostas, pues temía que le hubiese pasado algo, especialmente por su edad.

Eran las 11 de la noche de ese viernes y se seguía sin saber el paradero de “Casares” como le llaman de cariño.

Don Manuel cuenta que se había ido hacia la isla San Lucas, pero que prefirió no decirle nada a su familia porque después no lo dejaban salir. Cuando intentó regresar no pudo porque el viento no lo dejaba avanzar.

“Yo no estaba perdido, era el viento que me tenía acosado”, expresó el abuelito cuando le preguntamos el porqué no regresaba a la casa.

Mencionó que su plan no funcionó y más bien le agradeció a los guardacostas cuando lo llegaron auxiliar. “Desde que tengo quince años ando pescando, siempre salgo con el pensamiento de traer pescado para la casa, pero a veces me sale mal el plan y vuelvo sin nada, como esta vez”, exclamó.

El abuelito trata de llevar todos los días pescado a su casa. Foto: Cortesía de Rosina Casares

Recordó que los policías le preguntaron si estaba bien y él solo les dijo que le dolía un poco la cabeza porque le hacía falta el café.

“Ellos me dieron atún y jugo, me dijeron que si hubiesen andado café también me daban, fueron muy amables y les agradezco que se preocupen por los demás”, mencionó.

Don Manuel considera que el viernes fue la última vez que salió de pesca, porque ya le advirtieron que si lo vuelven a sorprender le quitan el bote y además su familia lo regaña, comentó.

Familia esforzada

A doña Rosina se le vinieron las lágrimas cuando vio que su papá estaba fuera de peligro.

“Mi papá es fuerte, padece de gastritis, tiene diabetes y cataras en los ojos, pero por todo lo demás es una persona entera. Él sale a pescar para llevar comidita a la casa”, manifestó

“Lo dejamos que pesque al frente de la casa, por donde pasa un estero, muy pocas veces se nos ha ido a San Lucas, él no tiene motor, siempre sale con los canaletes y una vela, cuando hace viento la vela se convierte en el motor de su bote”, comentó la hija.

El abuelito asegura que el viento no lo dejaba salir y llegar a su casa en barrio El Carmen en Puntarenas. Foto MSP

Ella es la que cuida a su papá, también a su mamá que está en silla de ruedas porque sufrió tres derrames, además de dos hermanos discapacitados, ellos se llaman Pedro y Vidal de 56 y 53 años.

Esta valiente mujer es madre de tres hijos, quienes se esfuerzan por superarse, el mayor se llama Elías López Casares, quien cursa el décimo año en el colegio, el segundo es Enoc López, quien está en un centro prevocacional en octavo y el menor es Esteban José López, él cursa el sexto de la escuela.

“Con lo poquito que nos llega de plata pagamos los recibos, pero no es fácil, por eso mi papá a veces se me escapa porque busca la manera de ayudar, pero él ya no tiene edad para irse solo”, manifestó la hija.

Don Manuel concluyó diciendo que su bote se llama El Gorrión. “Le puse ese nombre porque se mantiene solo con el viento, cuando he salido una garza blanca se me monta en la panga y me acompaña porque le doy comida”.

Esta familia seguirá esforzándose, pero si usted los desea ayudar puede comunicarse con ellos al número 8608-5002 o escribirles al whatsApp 6407 6220.

El abuelito le agradeció a los guardacostas por la comida que le dieron cuando lo auxiliaron. Foto MSP
Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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