Policía enfrentó a narcos a ciegas

El oficial Federico Borbón Huertas, de 37 años, quedó a "ciegas" frente a un grupo de narcos.

Él creyó que se estaba enfrentado a un grupo de ladrones de palmito, pero en realidad estaba con miembros de una peligrosa organización que acaba de robar unos 700 kilos de cocaína y estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para evitar que los detuvieran.

El sábado, a eso de la 1 de la tarde, el oficial recibió un reporte. Le decían que unos delincuentes se habían robado un camión cargado de palmito en Naranjal de Sarapiquí, así que Federico y una compañera de apellido Chaves empezaron a patrullar la zona en busca de los sospechosos.

La  alerta del supuesto atraco la dio el chofer del tráiler a quien los maleantes le quitaron el vehículo en el que llevaba el palmito hacia Limón.

El conductor fue amordazado, amarrado y abandonado cerca del túnel Zurquí, en el parque nacional Braulio Carrillo. Cuando el hombre logró soltarse llamó a la Policía y denunció el robo. Se supone que desconocía que lo que en realidad querían los ladrones era el cargamento de cocaína escondida entre la mercadería.

A las 3:30 los patrulleros vieron el tráiler robado cerca de un pick up blanco. Los uniformados detuvieron al chofer del cabezal, de apellido Herrera, pero los hombres que estaban en el vehículo liviano lograron escapar. Herrera sigue detenido.

Algunos minutos después Borbón y Chaves pasaron por un yucal de Guayacán de Sarapiquí. Allí se toparon con cuatro hombres que parecían estar contando chistes a la orilla de un camino; sin embargo, la malicia de los oficiales les hizo ver algo sospechoso en ellos.

Cuando los policías se bajaron de la patrulla para hablar con los sujetos uno de ellos echó a correr y Borbón lo siguió. El delincuente llevaba una pistola en la mano.

"Según cuenta la compañera, ella se quedó con los otros tres hombres para detenerlos y perdió de vista a Federico. Poco después escuchó varios disparos. La situación era muy complicada y el aguacero que caía hacía las cosas más difíciles”, informó Juan José Andrade, viceministro de Seguridad

A pesar de los esfuerzos de la uniformada los cuatro sospechosos escaparon.

Minutos después la compañera de Borbón y otros oficiales que llegaron a prestar ayuda encontraron el cuerpo del oficial en una laguna. El maleante le había metido un balazo en la cabeza.

El asesino se había llevado el arma de reglamento del oficial y el radio de comunicación.

“Cuando se dio el enfrentamiento nadie sabía que se trataba de un tumbonazo (robo de droga). De eso nos dimos cuenta hasta hoy en la mañana (domingo) cuando encontramos la droga en la finca”, explico el ministro de Seguridad, Gustavo Mata.

Borbón y Chaves son del Grupo de Apoyo Operacional (GAO). Cada uno andaba su arma de reglamento y además la oficial tenía una carabina.

Cacería dio frutos

Luego del asesinato del oficial, el ministerio de Seguridad mandó 100 oficiales a la zona para tratar de dar con los narcos.

Cerca de la medianoche fue detenido el segundo sospechoso, el cuidador de la finca donde se dio el suceso. A las 2 de la madrugada de este domingo agarraron a un tercero y a las 3 a. m. el OIJ detuvo al cuarto sospechoso, que estaba en un muelle de la zona esperando que lo llegaran a recoger.

Los bichos capturados entre la noche del sábado y la madrugada del domingo son de apellidos Pérez, Vargas y Salas. Vargas había sido detenido en el 2012 con chalecos antibalas y camisas falsas de la PCD. Además, Salas tenía antecedentes por robo.

Este domingo, a las 5 de la tarde, la Policía dio con el quinto sospechoso, el que mató al oficial. Se trata de un sujeto apellidado Piamba.

Carlos Hidalgo, vocero del MSP, dijo que cuando lo agarraron el delincuente estaba lleno de sangre y escondido entre el monte, muy cerca de donde mataron a Borbón.

Este domingo en la mañana las autoridades encontraron 94 cajas que contenían unos 700 kilos de coca.

También encontraron el arma y el radio de reglamento de Federico y tres pistolas, que serían de los narcos.